Uno de los misterios más curiosos que ha publicado la ciencia, específicamente la física cuántica, es lo relacionado a la nada. Pero, ¿a quién le interesa perder su tiempo en nada? Pues se han realizado muchos experimentos tratando de comprenderla, pero, aunque no lo creas, todavía no se ha descubierto...
Aquí está el gran misterio. Si tomamos un espacio y lo vaciamos de todo lo que sea materia; y aún lo vaciamos de todos los átomos y partículas subatómicas que puedan haber presente, se supone que quede nada. Sin embargo, después de hacer esto, los físicos se terminan rompiendo la cabeza; porque todavía pueden detectar energía en el espacio totalmente vacío. ¿De dónde sale esa energía?
¿Has escuchado acerca de la llamada "partícula de Dios"? ¿o del "Bosón de Higgs"? Si no has escuchado, pues te invito a que lo "googlees" Recientemente descubrieron que existe un campo que no podemos ver ni percibir, aún con los más poderosos instrumentos. Esto fue propuesto por un científico llamado Higgs. En un experimento en un colisionador se descubrió una partícula de ese campo. Es como si fuera un mar, y hayan logrado hacer salpicar una gota. El descubrimiento de esa gota (partícula) ha sido la evidencia necesaria para afirmar que todo lo que compone la materia: átomos, electrones y partículas subatómicas sale de ese campo que lo permea todo. Esto ha llevado a la ciencia a concluir que la nada no existe, sino que, lo que pensamos que es la nada, es un gran mar (campo de Higgs) del cual proviene todo lo que es materia. (En nuestro libro: La Mente de Dios: El Desafío del Ateísmo abundamos un poco más sobre el tema) Es como si, mientras más conocimiento alcanza el ser humano, más se pone de evidencia nuestra total ignorancia...
La ciencia no la ha descubierto, pero los que creemos en la Creación desde una perspectiva cristiana, afirmamos que Dios creó desde la NADA. En la teología se le llama. A esto creación "ex nihilo". Dios es quien está presente aún en esa nada. Quizás esta es la dimensión de Dios que jamás podremos experimentar ni conocer, al menos en esta vida. Desde esa nada, Dios crea, porque su naturaleza es crear...
Quizás no entendamos la nada en términos físico-cuánticos, o en términos filosóficos; pero podemos entender cuando hemos estado en la NADA... Hay ocasiones en que perdemos aquello que se había convertido en nuestro centro, en nuestra razón de vivir. Hace poco estuve predicando (o al menos intentándolo) en el funeral de Estefanía, una niña hermosa de doce años que murió de cáncer. Su mamá estaba experimentando la nada, porque ¿quién puede comprender el dolor de una madre que pierde a su hija? La Nada está presente en la vida de mucha gente que no han podido cerrar o concluir sus duelos, sus experiencias de pérdida. Porque cada pérdida en la vida tiene su proceso, las pérdidas de seres queridos, de matrimonios, de negocios, de sueños...
Nuestro Dios es el Dios de la Nada; y es ahí su dimensión. Es en tu Nada que Él está presente para hacer lo que inevitablemente hará, porque es su naturaleza: CREAR...
Que en medio de la Nada de tu vida comprendas que estás en la dimensión de Dios para que cree algo nuevo...
Que descubras que en la Nada, el tercer día, desde el sepulcro, hubo resurrección; y tú también, desde la nada, vas a resucitar...