Sunday, December 29, 2013

El machismo en las iglesias; y mientras, Dios "saca la cara" por las mujeres


Me parece que los tiempos en que se pensaba que las mujeres eran el "sexo débil" ya pasaron... Nadie pensaba hace cien años atrás ver un presidente de los Estados Unidos afro-americano; mucho menos tener presidentas de naciones como en Argentina, por ejemplo. Hace cien años atrás, ¿quién en P.R. pensaba que tendríamos una mujer gobernadora? Pues sucedió en este siglo. Hablemos de juezas del Tribunal Supremo de EU, como nuestra Sonia Sotomayor. Hablemos de presidentas de grandes corporaciones, empresarias, líderes en todas las ramas a nivel global; y hablemos del futuro, son las mujeres quienes más se están educando. Aquí en PR, desde hace varios años, en la UPR, habían 7 mujeres estudiando por cada hombre. En fin, el mito del sexo débil se cayó. Sin embargo, no se ha caído del todo el prejuicio, el menosprecio, el atropello, la marginación, y la sub-valoración. Estudios realizados en la nación norteamericana demuestran que mujeres que ostentan iguales posiciones laborales que hombres no son remuneradas igualmente, pero por márgenes absurdos. Y, ¿qué de la cultura latinoamericana y su distintivo machista? Creo que el último ejemplo que vi en mi familia de una mujer completamente sometida al régimen machista y patriarcal fue mi abuelita. Era un ejemplo de una mujer bajo el servilismo, de esas que no se sentaban a comer hasta que su marido terminara. Era su contexto y su tiempo. ¿Y en la Iglesia Cristiana? Por siglos la mujer fue en la Iglesia una feligrés de tercera categoría que a lo más que podía aspirar era a vivir el resto de su vida encerrada, enajenada, "casada con Dios", en un monasterio, ser una monja. Entonces vino el protestantismo y la Iglesia Evangélica a eliminar los monasterios, pero manteniendo a la mujer sometida a un contexto patriarcal donde solo los hombres eran los grandes siervos de Dios, claro, que "detrás de cada gran hombre hay una gran mujer"... uff... que comentario tan machista y degradante. Hoy, en pleno siglo 21, hay concilios que no ordenan mujeres; otros en los cuales las mujeres no pueden aspirar a la misma posición que los hombres; otros que sus codigos de santidad se reducen a mantener a sus mujeres sin poder "arreglarse"; y otros que simplemente mantienen a las féminas contentas otorgándoles derechos y privilegios a cuentagota... La pregunta es: ¿alguien podría llamarse cristian@, o sea, seguidor o seguidora de Cristo, y mantener junto a una cultura machista, subordinadas a las mujeres? La respuesta para cualquiera que comprenda un poco el mensaje de Jesús es ¡NO!!
Para demostrar esto, echemos un vistazo al mundo en que Jesús vivió. La situación social de la mujer era tétrica. Un rabino judío en el 150 a.C. dijo algo que resume esto: “No hables mucho con una mujer… esto vale de tu propia mujer, pero más de la mujer de tu prójimo”.Las reglas de la buena educación prohibían encontrarse a solas con una mujer. Hasta la edad de doce años y medio el padre tenía toda la potestad de su hija. Esta no tenía derecho a poseer el fruto de su trabajo, y si encontraba algo, le pertenecía a su padre. El padre incluso podía vender a su hija como esclava hasta los doce años. La joven pasaba del poder de su padre al de su marido tras ser dada en casamiento. La situación en que se encontraba la mujer frente a su marido era de sirvienta. Estaba obligada a obedecer a su marido como a su dueño. El marido era llamado "rab" y esta obediencia era un deber religioso.Los hijos estaban obligados a colocar el respeto debido al padre por encima del debido a la madre. Esta estaba obligada a un respeto semejante al padre de sus hijos. En caso de peligro de muerte había que salvar primero al marido. La poligamia estaba permitida solamente al hombre; y el derecho al divorcio era exclusivamente de parte de este. Los hijos quedaban con el padre en caso de divorcio, eso constituía la más dura prueba a la mujer que se divorciaba. La viuda sin hijos debía esperar según la ley del levirato, a que uno de los hermanos del difunto contrajesen matrimonio con ella o manifestasen su negativa, sin la cual no podía volver a casarse. En el caso de las estériles, después de diez años de vida conyugal sin hijos, el marido estaba obligado a tomar una segunda esposa, claro que nunca se consideraba que pudiera ser estéril o impotente el hombre. En cuanto al Templo, las mujeres solo podían entrar al atrio de los gentiles y al de las mujeres que se encontraba a una considerable distancia de donde se podían congregar los hombres. En cuanto a lo jurídico, la mujer no tenía derecho a prestar testimonio, puesto que, como se desprendía de Génesis 18:15, era mentirosa. El nacimiento de un varón era motivo de alegría, pero el nacimiento de una hija se veía frecuentemente acompañado de indiferencia, incluso tristeza. El libro del canon griego Eclesiástico dice: “La maldad de la mujer desfigura su semblante” (25:16); “Por la mujer empezó el pecado y por su culpa todos morimos” (25:24); “Vale más la maldad del hombre que la bondad de la mujer, la mujer acarrea vergüenza y deshonra” (42:12).
¿Y Jesús qué? Propone una protesta radical, una revolución contra todo esto. Un día un hombre importante, líder del centro religioso de la ciudad le solicitó un milagro a Jesús. Mientras iba de camino, una mujer, si, una de esas marginadas que hablamos, pero peor aún, con un problema de menstruación continua lo cual la hacía impura ante las leyes del Templo; toca al Maestro, haciéndolo impuro por esas mismas leyes. Jesús se detiene y llama a la mujer ante la multitud de gente. Allí exalta su fe y su valentía. En aquel momento, una mujer marginada fue una prioridad para Jesús por encima de un hombre importante de la sociedad. Una mujer samaritana, de reputación cuestionable fue enviada por Jesús a ser su evangelista para Samaria. Ante una mujer sorprendida en adulterio, se convierte en su defensor exponiéndose a ser apedreado también; y allí lanza la pregunta: "¿Dónde están los que te condenan?" Solo las mujeres estuvieron hasta el final en su cruz, mientras todos los "macharranes" habían huído. Tras su resurreción, ¿a quién le fue concedido el honor de ser la primera evangelista, testigo de su resurrección? A una mujer, María Magdalena... Todo esto por solo mencionar algunos ejemplos. Interesantemente, en sus inicios, muchas comunidades de fe otorgaban a la mujer igualdad ante el varón, independientemente de que pertenecían a una sociedad que era, como hemos visto, altamente patriarcal y machista. Es por eso que cuando Pablo envía saludos a la iglesia en Roma (Romanos 16) se incluyen 6 hombres y 7 mujeres con responsabilidad ministerial, una de ellas Febe y Junia, reconocida como apóstol. Es tiempo de ser como Jesús, sacar la cara por las mujeres. Devolverles la dignidad que reciben en Génesis 1, cuando son creadas en igualdad de condiciones que el hombre, varón y hembra los creó Dios. Es tiempo de comprender lo que dijo el mismo Pablo en Gálatas 3:28: En Cristo no hay hombre ni mujer... somos IGUALES. Dejemos de estar escogiendo textos aquí y allá para justificar algo tan degradante como es la desigualdad hacia las mujeres. Seamos verdaderamente cristian@s, y continuemos su revolución de libertad y su agenda de igualdad. Jesús vino a liberar a las mujeres de la pesada carga que la sociedad le había impuesto, ¡hagamos lo mismo! Mujer: "¿Dónde están los que te condenan?" ¿Los que te menosprecian, los que te subestiman, los que te limitan, los que pretenden degradarte, los que quieren que te conformes con migajas? Jesús ha sacado la cara por tí...


Wednesday, December 18, 2013

Las "lenguas", ¿el "guille de l@s espirituales"?

Si era "aco" sin acento, se refería a un carro; pero si era "acó" con acento, se refería a arroz. Si decía "popótero" entonces era un helicoptero; en fin, para poder comunicarme con mi hija durante sus primeros años tuve que aprender su lenguaje, su idioma propio. Quienes tengan hijos estarán de acuerdo conmigo en que solo los padres pueden entenderlos. El otro día le dije: "Andrea, eso está "cool"; y me dijo: "papi, no se dice "cool", se dice "swag"... Pues, sigo aprendiendo cada día su idioma...
Es asombroso como los seres humanos tenemos la capacidad de comunicarnos por medio del lenguaje, en distintos idiomas; pero en ocasiones, es esto mismo lo que nos separa. Existe un lenguaje, en el contexto de nuestras iglesias, que ha sido uno de los fenómenos que más ha llamado la atención de algunos cristianos y cristianas. Me refiero a las llamadas "lenguas" o "lenguas angelicales". La Biblia ciertamente menciona este "carisma" o "don"; pero, ¿estaremos alineados con lo que verdaderamente representa esta experiencia? Digo esto con mucho respeto, ya que yo mismo lo he experimentado; (independientemente de la opinión que puedan tener quienes lean este blog, ya que no debemos juzgar la experiencia de nadie) y conozco mucha gente honesta y genuína que también lo ha experimentado. Ahora bien, ¿cuántas víctimas de atropello y marginación en nombre de las "lenguas" hemos tenido dentro de las iglesias? ¿A cuánt@s les hicieron sentir inferiores, simplemente porque no las hablaban? ¿Cuánto sentimiento de culpabilidad creamos en aquell@s que no tenían la experiencia acusándoles de no haber pagado el precio? Y, peor aún, ¿cuánt@s andaban con un "guille de espirituales" porque en el templo hablaban "lenguas", aunque luego del culto, en sus casas, lo que hablaran fueran "sapos y culebras"? Si, así mismo, ¿cuántas veces escuchamos predicadores y predicadoras decir, predicando, un montón de disparates y barabaridades; y luego sellar su discurso barato con unas cuantas "lenguas" para que a nadie se le ocurriera cuestionar sus argumentos? ¿A cuántos de nosotros y nosotras estas "lenguas" nos confundieron y nos frustraron más que otra cosa? Pues apúntenme en la larga lista...
Esto no debería ser el resultado de un idioma que Dios le otorgue a los seres humanos. De hecho, si analizamos el relato de la experiencia del día de Pentecostés según lo relata Lucas, las lenguas allí repartidas son todo lo contrario a lo que ocurre en la tradición de Génesis 11, la historia de Babel. Babel significa confusión, y precisamente el surgimiento de nuevos idiomas en aquella narrativa confunde y separa a los seres humanos, e impide la comunicación efectiva. En Pentecostés ocurre todo lo contrario, el Espíritu de Dios le otorga a l@s discípul@s allí reunid@s la capacidad de comunicarse con personas de otras nacionalidades que hablaban otros idiomas. En lugar de confusión y separación, Dios provoca entendimiento y unión entre los seres humanos, ese es el resultado de este nuevo idioma divino: lenguas que, en su término original griego los que las escucharon llamaron: "dialektos". De esta manera, el Espíritu les brindó la posibilidad de que el mensaje del evangelio de Jesús pudiera ser comprendido por la gente que les rodeaba.
En dos libros adicionales del Nuevo Testamento se mencionan nuevamente las "lenguas". Así es, solamente a una comunidad que Pablo le escribe toca algo referente a este tema, y a la comunidad de los romanos, aunque ni menciona el término. En adición a esto, solamente Lucas menciona lo menciona y en el Evangelio de Marcos se dice hablarán nuevas lenguas haciendo alusión a los distintos idiomas en que llevarían el mensaje (aunque este pasaje, desde el verso 9 al 20 no aparece en los manuscritos más antiguos, por lo cual se concluye que fue añadido varios siglos más tarde). ¿No llama la atención entonces la insistencia de algunas iglesias en continuamente mencionar el tema en sus reuniones? Cuando Pablo habla de "lenguas", no utiliza el mismo término que Lucas (en Hechos). El apóstol menciona en Corintios y una experiencia que él define como "glosolalia" en griego. "Glosa" significa lenguas, pero no en el mismo sentido que "dialektos", sino un lenguaje, pero incomprensible para los seres humanos. Es por eso el consejo que ofrece: quienes las hablen, las hablen para sí mismos y no para que los demás las escuchen (I Cor. 14). De hecho, en esta iglesia de Corinto se creían espirituales porque hablaban las "glosas", sin embargo reciben en esta carta el adjetivo de "inmaduros, débiles e inmorales". En otras palabras, las muchas "lenguas" no les hicieron más sant@s ni espirituales. Es más, Pablo define esta experiencia como gemidos indecibles (no especifica que se refiere a las lenguas, pero podemos deducirlo por los términos empleados) a través de los cuales el Espíritu intercede por nosotr@s, ayudándonos en nuestra debilidad (Rom. 8:26). En otras palabras, mis herman@s con "guille de espirituales" porque hablan más lenguas que cualquiera, mientras más lenguas hablamos, más débiles somos... simplemente el Espíritu nos está ayudando en nuestra debiblidad...
Entonces, me parece a mí, que debemos anhelar hablar en "lenguas"... si, en las mismas que hablaron los discípulos y discípulas en el día de Pentecostés. Aquellas "lenguas" que puedan ser comprensibles para la gente que nos rodea. Un lenguaje que sea propicio a las necesidades de quienes están a nuestro alrededor; un idioma que nos convierta en una comunidad verdaderamente "pentecostal", es decir, que, como en Pentecostés, abre los brazos para incluir y no excluir; para hacernos entendibles y no para confundir; más Pentecostés y menos Babel. Esas son las lenguas que el Espíritu quiere darnos, las que nos comunican; no las que se manifiestan mientras alguien en la iglesia dice: "olvídate del que está a tu lado y busca tu propia bendición"; no, sino las que nos hacen recordar a quienes están a nuestro lado porque son el objetivo del amor de Dios.
Que hoy recibamos del Espíritu de Dios nuevas lenguas; unas que puedan comprender los jóvenes de nuestro país para que encuentren en el mensaje de Jesús una alternativa a sus vidas vacías; unas que pueda comprender la madre soltera; el pobre marginado; los enriquecidos por medio de deudas que no les permiten ser felices; en fin todos y todas a quienes Dios quiere hablarles a través de nuestro propio idioma... Que el viento recio, el soplo, el Ruah, el Espíritu de Dios hoy nos permita comunicarnos en ese "idioma divino"...

Sunday, December 8, 2013

¿Guerra Espiritual o "Ghostbusters" cristian@s?



Ya estoy cura'o de espanto... Llevo bastantes años dentro del contexto de la iglesia evangélica; y ¡he visto de todo! Cosas buenísimas, celestiales, espirituales; pero también las más extrañas y absurdas que se pueden imaginar. En este caminar he visto "guerrer@s espirituales" que más bien parecían esquizofrénic@s, paranoic@s y gente con delirios extraños. He visto "ninjas" espirituales que tiran bolas de fuego, estrellitas invisibles, flechas angelicales; usan espadas sobrenaturales, y hasta colocan "bombas espirituales" en los montes. He visto gente persiguiendo "espíritus territoriales" y ser "atacados" por sus pandillas de "demonios inferiores". De hecho, yo también fui en algún momento un "ghostbuster" cristiano. De esos que íbamos de casa en casa exorcisando, viendo demonios en todas partes; y siendo oprimidos por los secuaces demoníacos que nos perseguían y ni nos dejaban dormir... si, gente, yo también experiementé toda esa locura. Perdonen por llamarlo así, pero no hay una manera más elegante de llamarlo. No me malinterpreten. Creo que definitivamente existe el mal y un mundo espiritual que responde a esa maldad, y que opera detrás de grandes estructuras de opresión en este mundo. Sin embargo, me parece que hemos tergiversado nuestro papel en esta lucha. Claramente los autores del Nuevo Testamento cristiano enseñan acerca de la existencia de ese mundo espiritual de la maldad personificado en Satanás o diablo (diabolos) y sus demonios o "ángeles caídos". Ahora bien, ¿cuándo vimos a Jesús en estas dinámicas de "guerra espiritual" de las cuales hablamos hoy día? ¿Cuando vimos a Pablo, o alguno de los discípulos, o autores del Nuevo Testamento con este "rocheo" de que si demonios por doquier; de que si guerra aquí y allá; de que si batallas espirituales día y noche? Si has leído la Biblia estarás de acuerdo conmigo, nunca ocurre. Sin embargo tenemos gente con ministerios de "guerra espiritual" y enseñando a la gente a vivir con ese sentimiento de persecución continuo. Enseñando que tienen que renunciar a maldiciones generacionales, invalidando así el poder de la cruz de Jesús para liberarnos de toda maldición, inventando recetas de procedimientos adicionales para entonces poder ser verdaderamente liberados... ¡Cómo puede alguien creer semejante disparate! Me siento en la obligación de escribir acerca de esto para liberar a mucha gente que, como yo estuve, están inmersos en este mundo de guerra espiritual ficticio que les ha robado la libertad, la felicidad, el gozo, la alegría de apreciar la vida, y sobre todo la paz... ¿Todavía creemos que a través de la Biblia recibimos la Palabra de Dios para nuestra vida? Entonces, ¿qué enseñan sus autores en cuanto este tema? Analicemos tres de los versos más utilizados: 
Efesios 6:12-13 - No tenemos lucha contra carne ni sangre; sino contra principados, potestades... malicias espirituales en los aires; por tanto tomen la armadura de Dios para que puedan resistir... Resistir... esa es la palabra clave. El autor no niega la lucha espiritual; sin embargo la exhortación no es a "guerrear"; ni a tomar la ofensiva contra el "mundo espiritual"; sino a resistir. 
Santiago 4:7. - ... resistan al diablo y de ustedes huirá. De nuevo: resistan. Es todo lo que se exhorta, y es suficiente...
I Pedro 5:8-9 - ... su adversario el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar, al cual resistan firmes en la fe... Nuevamente, resistan. 
La exhortación en todos estos pasajes es la misma. Nunca menciona nada acerca de tomar una ofensiva; atacar malicias con armas espirituales (2 Corintios 10:4 habla de armas espirituales, pero si analizan bien el texto notarán que se refiere a las palabras de defensa contra las falsas enseñanzas que se levantaban en la comunidad); ni mucho menos perseguir demonios por ahí. El término griego en los tres versos es el mismo: "antistemi". Su definición literal es pararse firme en contra; como una columna con un buen fundamento; una resistencia desde la paz y la confianza de quien descansa, no en su propio poder, sino en el de Dios; y en lo que ya Jesús hizo. Es decir, Dios no llama a gente que viva en una guerra activa contra fuerzas cósmicas, sino a gente que viva en paz, vidas abundantes porque dependemos de Dios en todo lo que se encuentra más allá de nuestra capacidad humana. ¿Sabes qué es en mi opinión lo peor de estas "guerras espirituales"? Que nos resta tiempo y energía para pelear las batallas que realmente tenemos que pelear... Aquellas contra las estructuras de opresión que han levantado los seres humanos influenciados e inflenciadas por estas fuerzas espirituales de maldad. Como en el relato del famoso "endemoniado gadareno". No es simplemente la historia de un hombre poseído por demonios; sino de uno que representa a l@s deshumanizad@s de este mundo que, como aquel personaje, no tienen otra opción que auto-destruirse y vivir como bestias y objetos sin valor. Su nombre era "legión". Quienes recibieron este relato originalmente entendieron perfectamente. Legión era una agrupación militar romana, de las que ocupaban las provincias colonizadas como Galilea y Judea. Es decir, detrás de la opresión y marginación que había deshumanizado a este hombre hay una estructura mayor: Roma; y detrás de Roma, una estructura mayor, Satanás. Jesús no invierte su tiempo y energía en una guerra espiritual, sino en liberar al ser humano y devolverle su dignidad como un@ cread@ a imagen y semejanza de Dios. Esas son las batallas que debemos escoger, aquellas que tengan como resultado la liberación de la gente que, también esta sociedad, este sistema, ha deshumanizado diciéndoles que no valen por lo que son, sino por lo que tienen...
 Guerrer@ espiritual: estás cansad@, agobiad@, jugando un papel que no te toca; en una guerra a la cual no fuíste invitad@. Sé libre, decansa en Aquel que venció todas esas guerras por ti, porque el precio de tu paz fue sobre Él...

Wednesday, December 4, 2013

Nuestra "santidad barata" de cada día...

¡SIN SANTIDAD NADIE VERÁ AL SEÑOR!! ¡Cuántas veces escuchamos eso, o hasta lo vimos en letras de madera grabado en los altares de nuestras iglesias! Esa frase era como el "cuco" de los cuentos que de niños nos contaban. Pero, ¿que significaba eso de "santidad"? Quienes sean honestos y honestas estarán de acuerdo conmigo en que se referían al tipo de "santidad" que se resolvía con un par de "pesos"... o sea, cambiando la tienda donde comprabas la ropa; comprando faldas largas; T-shirts blancas con algún emblema cristiano; o alguna buena guayabera, o camisa manga larga de botones en el caso de los hombres. Con eso estabas casi sant@... Entonces, un par de "Gillettes" para quitarse esos pecaminosos pelos de la cara; aunque no había problema, pues podías utilizar las de tu esposa que ya no tendría que afeitarse los vellos de las piernas... ¡ah! Y no podías olvidar una Biblia de carpeta resistente al sudor de las axilas porque cargarla debajo del brazo también te haría santo; y un paquete de moños para que las mujeres anden con su cabello recogido. En fin, el tipo de santidad que te costaría baratita, un par de "pesos". Pero, ¿es esa santidad barata a lo que se refieren los escritores de la Biblia?
Hebreos 12:14 dice así: "Sigan la paz con todos; y la santidad sin la cual nadie verá al Señor". Pues permítanme aclarar algunas cosas. Santidad no es sinónimo de perfección. Hay un sentido de ser infalibles (o sea, sin falla) en nuestro ideal de santidad; sin embargo nada más lejos de la verdad. La palabra original en griego para santidad es "jaguios" y perfección sería "telos". Ahora bien, "telos" significa literalmente algo que es llevado hasta la madurez o que es completado. Nuestro término en español telón proviene de esta palabra griega. Por lo tanto, ni siquiera el concepto perfección en el vocabulario bíblico se acerca al concepto de infalibilidad que para nosotros representa la perfección. Entonces, ¿qué significa santidad?
En términos del Dios Santo, el "jaguios" ("kadosh" en hebreo) implica que es el absolutamente Otro. Muestra un Dios trascendente en una dimensión totalmente opuesta al ser humano. Precisamente, es en esa distinción que radica su santidad. Sin embargo la santidad de Dios invita a los seres humanos a entrar en esa dimensión divina, a participar de su Divinidad en la santidad. Es ese el llamado del libro de Levítico: “Sean santos porque yo soy santo” (Levítico 11) Es la invitación del “Otro” a que seamos “otr@s” con El…
En las tradiciones sacerdotales del Levítico, la santidad tiene una prioridad cúltica y de pureza. Implica que el "absolutamente Otro" demanda separación, dedicación y consagración. Un ejemplo de esto es los utensilios que se utilizaban en el Tabernáculo y en el Templo. El aceite, el incienso, los instrumentos, aunque fuesen comunes y corrientes, al ser santificados para el servicio de los misterios divinos se convertirían en absolutamente otra cosa también… ¿Más sencillo? Un día me fuí a jugar tenis con mi amigo Eddie. Tenía una raqueta y unos tenis muy costosos. Me dejó saber que su padre le había regalado ambos. El papa de Eddie trabajaba en una empresa de recogido de desperdicios, y tenía varios hijos e hijas, por lo cual despertó mi curiosidad. Al preguntarle al respecto me indicó que la ruta en que trabajaba su padre era el área de Ocean Park. En esta urbanización viven personas muy acomodadas económicamente y lo que puede ser basura para ellos, para muchas personas podría ser algo bien valioso. Este padre veía en la basura cosas valiosas para sus hijos e hijas. La santificación de Dios en nuestra vida significa que al igual que el papa de Eddie, Dios ve en los seres humanos rechazados y sin aparente valor algo sumamente valioso y los separa para Sí… Participar de la santidad implica estar separado para / tener un cambio de identidad y de función en la vida; o sea, mi definición personal: SER DIFERENTE, SER “OTRA COSA”…
Con el pasar del tiempo en el mundo bíblico, el ser diferente o santo, se convirtió en mera experiencia cúltica, ritual (Esto no debe asombrarnos pues también hemos reducido la santidad a una mera cuestión de apariencia). Jesús intenta rescatar su verdadero sentido. Algunos textos como Marcos 7:10-13, en el cual denuncia que se considere ofrendda santa aquello con lo que se podría ayudar a los padres en necesidad. O, como el verso 15, donde protesta contra la falsa santidad cuando dice: “no lo que entra al hombre, sino lo que sale de su corazón es lo que lo contamina”; porque del corazón salen las verdaderas intenciones. Con muchos otros textos podríamos afirmar que el modelo de Jesús es que ser santos, es ser diferentes, demostrado no a través de rituales y conceptos de pureza; sino una santidad activa, de vida, de relaciones humanas. Una santidad dinámica y no estática; positiva y no negativa. Esto significa “virar la tortilla”.
Por ejemplo tomemos los famosos Diez Mandamientos. Algunos de los mandamientos están presentados en un aspecto negativo: no matarás, no adulterarás, no robarás, etc. Pero si “viramos la tortilla” con el modelo de Jesús, diríamos que para ser sant@s, no solo: no matarás; sino que llegamos a un  nivel de verdadera santidad cuando traspasamos el aspecto negativo y lo convertimos en positivo, esto es, no matarás; pero ofrecerás vida. Mucha gente no ha matado a otro ser humano pero ha matado muchos sueños e ilusiones de algunas personas. Somos diferentes, santos, cuando damos vida a los sueños e ilusiones de muchos y muchas que los han perdido en el camino. Muchas personas no roban pertenencias materiales pero roban la dignidad, la posición y hasta tratan de robar la "imagen de Dios" de muchos y muchas. Ser santos implica devolver esa dignidad y la convicción de ser imagen y semejanza del Creador a aquellos y aquellas que lo necesiten. No adulterar, pero además trabajar incansablemente por la felicidad de la pareja que ha decidido ser uno con nosotros y nosotras y entregarnos en cuerpo y alma. No dar falso testimonio, pero hablar siempre bien de nuestro prójimo y con nuestras palabras edificar y bendecir…
El texto de Hebreos 12 apunta a este tipo de santidad. La estructura del texto debe ser un paralelismo hebreo; esto es, afirmar una misma cosa con distinto términos. Este paralelismo es muy común en la literatura hebrea, sobre todo en los Salmos. Por lo tanto seguir la paz con todos y vivir en santidad sería un paralelismo, o sea, una misma cosa. Es en las relaciones humanas que se mide nuestra santidad. (¿No es eso lo que propone el "fruto del Espíritu": mejores relaciones humanas?) Mis herman@s, perdónenme esta y algunas más, pero la "santidad barata" es la fácil, Dios espera más de tí y de mí; que seamos diferentes y que se demuestre en la manera en que trato a la gente que me rodea, eso es ser sant@s...
Que hoy podamos ver al Señor... en la gente que nos rodea... que necesita saber lo que es la santidad según Jesús...