Sunday, December 29, 2013

El machismo en las iglesias; y mientras, Dios "saca la cara" por las mujeres


Me parece que los tiempos en que se pensaba que las mujeres eran el "sexo débil" ya pasaron... Nadie pensaba hace cien años atrás ver un presidente de los Estados Unidos afro-americano; mucho menos tener presidentas de naciones como en Argentina, por ejemplo. Hace cien años atrás, ¿quién en P.R. pensaba que tendríamos una mujer gobernadora? Pues sucedió en este siglo. Hablemos de juezas del Tribunal Supremo de EU, como nuestra Sonia Sotomayor. Hablemos de presidentas de grandes corporaciones, empresarias, líderes en todas las ramas a nivel global; y hablemos del futuro, son las mujeres quienes más se están educando. Aquí en PR, desde hace varios años, en la UPR, habían 7 mujeres estudiando por cada hombre. En fin, el mito del sexo débil se cayó. Sin embargo, no se ha caído del todo el prejuicio, el menosprecio, el atropello, la marginación, y la sub-valoración. Estudios realizados en la nación norteamericana demuestran que mujeres que ostentan iguales posiciones laborales que hombres no son remuneradas igualmente, pero por márgenes absurdos. Y, ¿qué de la cultura latinoamericana y su distintivo machista? Creo que el último ejemplo que vi en mi familia de una mujer completamente sometida al régimen machista y patriarcal fue mi abuelita. Era un ejemplo de una mujer bajo el servilismo, de esas que no se sentaban a comer hasta que su marido terminara. Era su contexto y su tiempo. ¿Y en la Iglesia Cristiana? Por siglos la mujer fue en la Iglesia una feligrés de tercera categoría que a lo más que podía aspirar era a vivir el resto de su vida encerrada, enajenada, "casada con Dios", en un monasterio, ser una monja. Entonces vino el protestantismo y la Iglesia Evangélica a eliminar los monasterios, pero manteniendo a la mujer sometida a un contexto patriarcal donde solo los hombres eran los grandes siervos de Dios, claro, que "detrás de cada gran hombre hay una gran mujer"... uff... que comentario tan machista y degradante. Hoy, en pleno siglo 21, hay concilios que no ordenan mujeres; otros en los cuales las mujeres no pueden aspirar a la misma posición que los hombres; otros que sus codigos de santidad se reducen a mantener a sus mujeres sin poder "arreglarse"; y otros que simplemente mantienen a las féminas contentas otorgándoles derechos y privilegios a cuentagota... La pregunta es: ¿alguien podría llamarse cristian@, o sea, seguidor o seguidora de Cristo, y mantener junto a una cultura machista, subordinadas a las mujeres? La respuesta para cualquiera que comprenda un poco el mensaje de Jesús es ¡NO!!
Para demostrar esto, echemos un vistazo al mundo en que Jesús vivió. La situación social de la mujer era tétrica. Un rabino judío en el 150 a.C. dijo algo que resume esto: “No hables mucho con una mujer… esto vale de tu propia mujer, pero más de la mujer de tu prójimo”.Las reglas de la buena educación prohibían encontrarse a solas con una mujer. Hasta la edad de doce años y medio el padre tenía toda la potestad de su hija. Esta no tenía derecho a poseer el fruto de su trabajo, y si encontraba algo, le pertenecía a su padre. El padre incluso podía vender a su hija como esclava hasta los doce años. La joven pasaba del poder de su padre al de su marido tras ser dada en casamiento. La situación en que se encontraba la mujer frente a su marido era de sirvienta. Estaba obligada a obedecer a su marido como a su dueño. El marido era llamado "rab" y esta obediencia era un deber religioso.Los hijos estaban obligados a colocar el respeto debido al padre por encima del debido a la madre. Esta estaba obligada a un respeto semejante al padre de sus hijos. En caso de peligro de muerte había que salvar primero al marido. La poligamia estaba permitida solamente al hombre; y el derecho al divorcio era exclusivamente de parte de este. Los hijos quedaban con el padre en caso de divorcio, eso constituía la más dura prueba a la mujer que se divorciaba. La viuda sin hijos debía esperar según la ley del levirato, a que uno de los hermanos del difunto contrajesen matrimonio con ella o manifestasen su negativa, sin la cual no podía volver a casarse. En el caso de las estériles, después de diez años de vida conyugal sin hijos, el marido estaba obligado a tomar una segunda esposa, claro que nunca se consideraba que pudiera ser estéril o impotente el hombre. En cuanto al Templo, las mujeres solo podían entrar al atrio de los gentiles y al de las mujeres que se encontraba a una considerable distancia de donde se podían congregar los hombres. En cuanto a lo jurídico, la mujer no tenía derecho a prestar testimonio, puesto que, como se desprendía de Génesis 18:15, era mentirosa. El nacimiento de un varón era motivo de alegría, pero el nacimiento de una hija se veía frecuentemente acompañado de indiferencia, incluso tristeza. El libro del canon griego Eclesiástico dice: “La maldad de la mujer desfigura su semblante” (25:16); “Por la mujer empezó el pecado y por su culpa todos morimos” (25:24); “Vale más la maldad del hombre que la bondad de la mujer, la mujer acarrea vergüenza y deshonra” (42:12).
¿Y Jesús qué? Propone una protesta radical, una revolución contra todo esto. Un día un hombre importante, líder del centro religioso de la ciudad le solicitó un milagro a Jesús. Mientras iba de camino, una mujer, si, una de esas marginadas que hablamos, pero peor aún, con un problema de menstruación continua lo cual la hacía impura ante las leyes del Templo; toca al Maestro, haciéndolo impuro por esas mismas leyes. Jesús se detiene y llama a la mujer ante la multitud de gente. Allí exalta su fe y su valentía. En aquel momento, una mujer marginada fue una prioridad para Jesús por encima de un hombre importante de la sociedad. Una mujer samaritana, de reputación cuestionable fue enviada por Jesús a ser su evangelista para Samaria. Ante una mujer sorprendida en adulterio, se convierte en su defensor exponiéndose a ser apedreado también; y allí lanza la pregunta: "¿Dónde están los que te condenan?" Solo las mujeres estuvieron hasta el final en su cruz, mientras todos los "macharranes" habían huído. Tras su resurreción, ¿a quién le fue concedido el honor de ser la primera evangelista, testigo de su resurrección? A una mujer, María Magdalena... Todo esto por solo mencionar algunos ejemplos. Interesantemente, en sus inicios, muchas comunidades de fe otorgaban a la mujer igualdad ante el varón, independientemente de que pertenecían a una sociedad que era, como hemos visto, altamente patriarcal y machista. Es por eso que cuando Pablo envía saludos a la iglesia en Roma (Romanos 16) se incluyen 6 hombres y 7 mujeres con responsabilidad ministerial, una de ellas Febe y Junia, reconocida como apóstol. Es tiempo de ser como Jesús, sacar la cara por las mujeres. Devolverles la dignidad que reciben en Génesis 1, cuando son creadas en igualdad de condiciones que el hombre, varón y hembra los creó Dios. Es tiempo de comprender lo que dijo el mismo Pablo en Gálatas 3:28: En Cristo no hay hombre ni mujer... somos IGUALES. Dejemos de estar escogiendo textos aquí y allá para justificar algo tan degradante como es la desigualdad hacia las mujeres. Seamos verdaderamente cristian@s, y continuemos su revolución de libertad y su agenda de igualdad. Jesús vino a liberar a las mujeres de la pesada carga que la sociedad le había impuesto, ¡hagamos lo mismo! Mujer: "¿Dónde están los que te condenan?" ¿Los que te menosprecian, los que te subestiman, los que te limitan, los que pretenden degradarte, los que quieren que te conformes con migajas? Jesús ha sacado la cara por tí...


Wednesday, December 18, 2013

Las "lenguas", ¿el "guille de l@s espirituales"?

Si era "aco" sin acento, se refería a un carro; pero si era "acó" con acento, se refería a arroz. Si decía "popótero" entonces era un helicoptero; en fin, para poder comunicarme con mi hija durante sus primeros años tuve que aprender su lenguaje, su idioma propio. Quienes tengan hijos estarán de acuerdo conmigo en que solo los padres pueden entenderlos. El otro día le dije: "Andrea, eso está "cool"; y me dijo: "papi, no se dice "cool", se dice "swag"... Pues, sigo aprendiendo cada día su idioma...
Es asombroso como los seres humanos tenemos la capacidad de comunicarnos por medio del lenguaje, en distintos idiomas; pero en ocasiones, es esto mismo lo que nos separa. Existe un lenguaje, en el contexto de nuestras iglesias, que ha sido uno de los fenómenos que más ha llamado la atención de algunos cristianos y cristianas. Me refiero a las llamadas "lenguas" o "lenguas angelicales". La Biblia ciertamente menciona este "carisma" o "don"; pero, ¿estaremos alineados con lo que verdaderamente representa esta experiencia? Digo esto con mucho respeto, ya que yo mismo lo he experimentado; (independientemente de la opinión que puedan tener quienes lean este blog, ya que no debemos juzgar la experiencia de nadie) y conozco mucha gente honesta y genuína que también lo ha experimentado. Ahora bien, ¿cuántas víctimas de atropello y marginación en nombre de las "lenguas" hemos tenido dentro de las iglesias? ¿A cuánt@s les hicieron sentir inferiores, simplemente porque no las hablaban? ¿Cuánto sentimiento de culpabilidad creamos en aquell@s que no tenían la experiencia acusándoles de no haber pagado el precio? Y, peor aún, ¿cuánt@s andaban con un "guille de espirituales" porque en el templo hablaban "lenguas", aunque luego del culto, en sus casas, lo que hablaran fueran "sapos y culebras"? Si, así mismo, ¿cuántas veces escuchamos predicadores y predicadoras decir, predicando, un montón de disparates y barabaridades; y luego sellar su discurso barato con unas cuantas "lenguas" para que a nadie se le ocurriera cuestionar sus argumentos? ¿A cuántos de nosotros y nosotras estas "lenguas" nos confundieron y nos frustraron más que otra cosa? Pues apúntenme en la larga lista...
Esto no debería ser el resultado de un idioma que Dios le otorgue a los seres humanos. De hecho, si analizamos el relato de la experiencia del día de Pentecostés según lo relata Lucas, las lenguas allí repartidas son todo lo contrario a lo que ocurre en la tradición de Génesis 11, la historia de Babel. Babel significa confusión, y precisamente el surgimiento de nuevos idiomas en aquella narrativa confunde y separa a los seres humanos, e impide la comunicación efectiva. En Pentecostés ocurre todo lo contrario, el Espíritu de Dios le otorga a l@s discípul@s allí reunid@s la capacidad de comunicarse con personas de otras nacionalidades que hablaban otros idiomas. En lugar de confusión y separación, Dios provoca entendimiento y unión entre los seres humanos, ese es el resultado de este nuevo idioma divino: lenguas que, en su término original griego los que las escucharon llamaron: "dialektos". De esta manera, el Espíritu les brindó la posibilidad de que el mensaje del evangelio de Jesús pudiera ser comprendido por la gente que les rodeaba.
En dos libros adicionales del Nuevo Testamento se mencionan nuevamente las "lenguas". Así es, solamente a una comunidad que Pablo le escribe toca algo referente a este tema, y a la comunidad de los romanos, aunque ni menciona el término. En adición a esto, solamente Lucas menciona lo menciona y en el Evangelio de Marcos se dice hablarán nuevas lenguas haciendo alusión a los distintos idiomas en que llevarían el mensaje (aunque este pasaje, desde el verso 9 al 20 no aparece en los manuscritos más antiguos, por lo cual se concluye que fue añadido varios siglos más tarde). ¿No llama la atención entonces la insistencia de algunas iglesias en continuamente mencionar el tema en sus reuniones? Cuando Pablo habla de "lenguas", no utiliza el mismo término que Lucas (en Hechos). El apóstol menciona en Corintios y una experiencia que él define como "glosolalia" en griego. "Glosa" significa lenguas, pero no en el mismo sentido que "dialektos", sino un lenguaje, pero incomprensible para los seres humanos. Es por eso el consejo que ofrece: quienes las hablen, las hablen para sí mismos y no para que los demás las escuchen (I Cor. 14). De hecho, en esta iglesia de Corinto se creían espirituales porque hablaban las "glosas", sin embargo reciben en esta carta el adjetivo de "inmaduros, débiles e inmorales". En otras palabras, las muchas "lenguas" no les hicieron más sant@s ni espirituales. Es más, Pablo define esta experiencia como gemidos indecibles (no especifica que se refiere a las lenguas, pero podemos deducirlo por los términos empleados) a través de los cuales el Espíritu intercede por nosotr@s, ayudándonos en nuestra debilidad (Rom. 8:26). En otras palabras, mis herman@s con "guille de espirituales" porque hablan más lenguas que cualquiera, mientras más lenguas hablamos, más débiles somos... simplemente el Espíritu nos está ayudando en nuestra debiblidad...
Entonces, me parece a mí, que debemos anhelar hablar en "lenguas"... si, en las mismas que hablaron los discípulos y discípulas en el día de Pentecostés. Aquellas "lenguas" que puedan ser comprensibles para la gente que nos rodea. Un lenguaje que sea propicio a las necesidades de quienes están a nuestro alrededor; un idioma que nos convierta en una comunidad verdaderamente "pentecostal", es decir, que, como en Pentecostés, abre los brazos para incluir y no excluir; para hacernos entendibles y no para confundir; más Pentecostés y menos Babel. Esas son las lenguas que el Espíritu quiere darnos, las que nos comunican; no las que se manifiestan mientras alguien en la iglesia dice: "olvídate del que está a tu lado y busca tu propia bendición"; no, sino las que nos hacen recordar a quienes están a nuestro lado porque son el objetivo del amor de Dios.
Que hoy recibamos del Espíritu de Dios nuevas lenguas; unas que puedan comprender los jóvenes de nuestro país para que encuentren en el mensaje de Jesús una alternativa a sus vidas vacías; unas que pueda comprender la madre soltera; el pobre marginado; los enriquecidos por medio de deudas que no les permiten ser felices; en fin todos y todas a quienes Dios quiere hablarles a través de nuestro propio idioma... Que el viento recio, el soplo, el Ruah, el Espíritu de Dios hoy nos permita comunicarnos en ese "idioma divino"...

Sunday, December 8, 2013

¿Guerra Espiritual o "Ghostbusters" cristian@s?



Ya estoy cura'o de espanto... Llevo bastantes años dentro del contexto de la iglesia evangélica; y ¡he visto de todo! Cosas buenísimas, celestiales, espirituales; pero también las más extrañas y absurdas que se pueden imaginar. En este caminar he visto "guerrer@s espirituales" que más bien parecían esquizofrénic@s, paranoic@s y gente con delirios extraños. He visto "ninjas" espirituales que tiran bolas de fuego, estrellitas invisibles, flechas angelicales; usan espadas sobrenaturales, y hasta colocan "bombas espirituales" en los montes. He visto gente persiguiendo "espíritus territoriales" y ser "atacados" por sus pandillas de "demonios inferiores". De hecho, yo también fui en algún momento un "ghostbuster" cristiano. De esos que íbamos de casa en casa exorcisando, viendo demonios en todas partes; y siendo oprimidos por los secuaces demoníacos que nos perseguían y ni nos dejaban dormir... si, gente, yo también experiementé toda esa locura. Perdonen por llamarlo así, pero no hay una manera más elegante de llamarlo. No me malinterpreten. Creo que definitivamente existe el mal y un mundo espiritual que responde a esa maldad, y que opera detrás de grandes estructuras de opresión en este mundo. Sin embargo, me parece que hemos tergiversado nuestro papel en esta lucha. Claramente los autores del Nuevo Testamento cristiano enseñan acerca de la existencia de ese mundo espiritual de la maldad personificado en Satanás o diablo (diabolos) y sus demonios o "ángeles caídos". Ahora bien, ¿cuándo vimos a Jesús en estas dinámicas de "guerra espiritual" de las cuales hablamos hoy día? ¿Cuando vimos a Pablo, o alguno de los discípulos, o autores del Nuevo Testamento con este "rocheo" de que si demonios por doquier; de que si guerra aquí y allá; de que si batallas espirituales día y noche? Si has leído la Biblia estarás de acuerdo conmigo, nunca ocurre. Sin embargo tenemos gente con ministerios de "guerra espiritual" y enseñando a la gente a vivir con ese sentimiento de persecución continuo. Enseñando que tienen que renunciar a maldiciones generacionales, invalidando así el poder de la cruz de Jesús para liberarnos de toda maldición, inventando recetas de procedimientos adicionales para entonces poder ser verdaderamente liberados... ¡Cómo puede alguien creer semejante disparate! Me siento en la obligación de escribir acerca de esto para liberar a mucha gente que, como yo estuve, están inmersos en este mundo de guerra espiritual ficticio que les ha robado la libertad, la felicidad, el gozo, la alegría de apreciar la vida, y sobre todo la paz... ¿Todavía creemos que a través de la Biblia recibimos la Palabra de Dios para nuestra vida? Entonces, ¿qué enseñan sus autores en cuanto este tema? Analicemos tres de los versos más utilizados: 
Efesios 6:12-13 - No tenemos lucha contra carne ni sangre; sino contra principados, potestades... malicias espirituales en los aires; por tanto tomen la armadura de Dios para que puedan resistir... Resistir... esa es la palabra clave. El autor no niega la lucha espiritual; sin embargo la exhortación no es a "guerrear"; ni a tomar la ofensiva contra el "mundo espiritual"; sino a resistir. 
Santiago 4:7. - ... resistan al diablo y de ustedes huirá. De nuevo: resistan. Es todo lo que se exhorta, y es suficiente...
I Pedro 5:8-9 - ... su adversario el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar, al cual resistan firmes en la fe... Nuevamente, resistan. 
La exhortación en todos estos pasajes es la misma. Nunca menciona nada acerca de tomar una ofensiva; atacar malicias con armas espirituales (2 Corintios 10:4 habla de armas espirituales, pero si analizan bien el texto notarán que se refiere a las palabras de defensa contra las falsas enseñanzas que se levantaban en la comunidad); ni mucho menos perseguir demonios por ahí. El término griego en los tres versos es el mismo: "antistemi". Su definición literal es pararse firme en contra; como una columna con un buen fundamento; una resistencia desde la paz y la confianza de quien descansa, no en su propio poder, sino en el de Dios; y en lo que ya Jesús hizo. Es decir, Dios no llama a gente que viva en una guerra activa contra fuerzas cósmicas, sino a gente que viva en paz, vidas abundantes porque dependemos de Dios en todo lo que se encuentra más allá de nuestra capacidad humana. ¿Sabes qué es en mi opinión lo peor de estas "guerras espirituales"? Que nos resta tiempo y energía para pelear las batallas que realmente tenemos que pelear... Aquellas contra las estructuras de opresión que han levantado los seres humanos influenciados e inflenciadas por estas fuerzas espirituales de maldad. Como en el relato del famoso "endemoniado gadareno". No es simplemente la historia de un hombre poseído por demonios; sino de uno que representa a l@s deshumanizad@s de este mundo que, como aquel personaje, no tienen otra opción que auto-destruirse y vivir como bestias y objetos sin valor. Su nombre era "legión". Quienes recibieron este relato originalmente entendieron perfectamente. Legión era una agrupación militar romana, de las que ocupaban las provincias colonizadas como Galilea y Judea. Es decir, detrás de la opresión y marginación que había deshumanizado a este hombre hay una estructura mayor: Roma; y detrás de Roma, una estructura mayor, Satanás. Jesús no invierte su tiempo y energía en una guerra espiritual, sino en liberar al ser humano y devolverle su dignidad como un@ cread@ a imagen y semejanza de Dios. Esas son las batallas que debemos escoger, aquellas que tengan como resultado la liberación de la gente que, también esta sociedad, este sistema, ha deshumanizado diciéndoles que no valen por lo que son, sino por lo que tienen...
 Guerrer@ espiritual: estás cansad@, agobiad@, jugando un papel que no te toca; en una guerra a la cual no fuíste invitad@. Sé libre, decansa en Aquel que venció todas esas guerras por ti, porque el precio de tu paz fue sobre Él...

Wednesday, December 4, 2013

Nuestra "santidad barata" de cada día...

¡SIN SANTIDAD NADIE VERÁ AL SEÑOR!! ¡Cuántas veces escuchamos eso, o hasta lo vimos en letras de madera grabado en los altares de nuestras iglesias! Esa frase era como el "cuco" de los cuentos que de niños nos contaban. Pero, ¿que significaba eso de "santidad"? Quienes sean honestos y honestas estarán de acuerdo conmigo en que se referían al tipo de "santidad" que se resolvía con un par de "pesos"... o sea, cambiando la tienda donde comprabas la ropa; comprando faldas largas; T-shirts blancas con algún emblema cristiano; o alguna buena guayabera, o camisa manga larga de botones en el caso de los hombres. Con eso estabas casi sant@... Entonces, un par de "Gillettes" para quitarse esos pecaminosos pelos de la cara; aunque no había problema, pues podías utilizar las de tu esposa que ya no tendría que afeitarse los vellos de las piernas... ¡ah! Y no podías olvidar una Biblia de carpeta resistente al sudor de las axilas porque cargarla debajo del brazo también te haría santo; y un paquete de moños para que las mujeres anden con su cabello recogido. En fin, el tipo de santidad que te costaría baratita, un par de "pesos". Pero, ¿es esa santidad barata a lo que se refieren los escritores de la Biblia?
Hebreos 12:14 dice así: "Sigan la paz con todos; y la santidad sin la cual nadie verá al Señor". Pues permítanme aclarar algunas cosas. Santidad no es sinónimo de perfección. Hay un sentido de ser infalibles (o sea, sin falla) en nuestro ideal de santidad; sin embargo nada más lejos de la verdad. La palabra original en griego para santidad es "jaguios" y perfección sería "telos". Ahora bien, "telos" significa literalmente algo que es llevado hasta la madurez o que es completado. Nuestro término en español telón proviene de esta palabra griega. Por lo tanto, ni siquiera el concepto perfección en el vocabulario bíblico se acerca al concepto de infalibilidad que para nosotros representa la perfección. Entonces, ¿qué significa santidad?
En términos del Dios Santo, el "jaguios" ("kadosh" en hebreo) implica que es el absolutamente Otro. Muestra un Dios trascendente en una dimensión totalmente opuesta al ser humano. Precisamente, es en esa distinción que radica su santidad. Sin embargo la santidad de Dios invita a los seres humanos a entrar en esa dimensión divina, a participar de su Divinidad en la santidad. Es ese el llamado del libro de Levítico: “Sean santos porque yo soy santo” (Levítico 11) Es la invitación del “Otro” a que seamos “otr@s” con El…
En las tradiciones sacerdotales del Levítico, la santidad tiene una prioridad cúltica y de pureza. Implica que el "absolutamente Otro" demanda separación, dedicación y consagración. Un ejemplo de esto es los utensilios que se utilizaban en el Tabernáculo y en el Templo. El aceite, el incienso, los instrumentos, aunque fuesen comunes y corrientes, al ser santificados para el servicio de los misterios divinos se convertirían en absolutamente otra cosa también… ¿Más sencillo? Un día me fuí a jugar tenis con mi amigo Eddie. Tenía una raqueta y unos tenis muy costosos. Me dejó saber que su padre le había regalado ambos. El papa de Eddie trabajaba en una empresa de recogido de desperdicios, y tenía varios hijos e hijas, por lo cual despertó mi curiosidad. Al preguntarle al respecto me indicó que la ruta en que trabajaba su padre era el área de Ocean Park. En esta urbanización viven personas muy acomodadas económicamente y lo que puede ser basura para ellos, para muchas personas podría ser algo bien valioso. Este padre veía en la basura cosas valiosas para sus hijos e hijas. La santificación de Dios en nuestra vida significa que al igual que el papa de Eddie, Dios ve en los seres humanos rechazados y sin aparente valor algo sumamente valioso y los separa para Sí… Participar de la santidad implica estar separado para / tener un cambio de identidad y de función en la vida; o sea, mi definición personal: SER DIFERENTE, SER “OTRA COSA”…
Con el pasar del tiempo en el mundo bíblico, el ser diferente o santo, se convirtió en mera experiencia cúltica, ritual (Esto no debe asombrarnos pues también hemos reducido la santidad a una mera cuestión de apariencia). Jesús intenta rescatar su verdadero sentido. Algunos textos como Marcos 7:10-13, en el cual denuncia que se considere ofrendda santa aquello con lo que se podría ayudar a los padres en necesidad. O, como el verso 15, donde protesta contra la falsa santidad cuando dice: “no lo que entra al hombre, sino lo que sale de su corazón es lo que lo contamina”; porque del corazón salen las verdaderas intenciones. Con muchos otros textos podríamos afirmar que el modelo de Jesús es que ser santos, es ser diferentes, demostrado no a través de rituales y conceptos de pureza; sino una santidad activa, de vida, de relaciones humanas. Una santidad dinámica y no estática; positiva y no negativa. Esto significa “virar la tortilla”.
Por ejemplo tomemos los famosos Diez Mandamientos. Algunos de los mandamientos están presentados en un aspecto negativo: no matarás, no adulterarás, no robarás, etc. Pero si “viramos la tortilla” con el modelo de Jesús, diríamos que para ser sant@s, no solo: no matarás; sino que llegamos a un  nivel de verdadera santidad cuando traspasamos el aspecto negativo y lo convertimos en positivo, esto es, no matarás; pero ofrecerás vida. Mucha gente no ha matado a otro ser humano pero ha matado muchos sueños e ilusiones de algunas personas. Somos diferentes, santos, cuando damos vida a los sueños e ilusiones de muchos y muchas que los han perdido en el camino. Muchas personas no roban pertenencias materiales pero roban la dignidad, la posición y hasta tratan de robar la "imagen de Dios" de muchos y muchas. Ser santos implica devolver esa dignidad y la convicción de ser imagen y semejanza del Creador a aquellos y aquellas que lo necesiten. No adulterar, pero además trabajar incansablemente por la felicidad de la pareja que ha decidido ser uno con nosotros y nosotras y entregarnos en cuerpo y alma. No dar falso testimonio, pero hablar siempre bien de nuestro prójimo y con nuestras palabras edificar y bendecir…
El texto de Hebreos 12 apunta a este tipo de santidad. La estructura del texto debe ser un paralelismo hebreo; esto es, afirmar una misma cosa con distinto términos. Este paralelismo es muy común en la literatura hebrea, sobre todo en los Salmos. Por lo tanto seguir la paz con todos y vivir en santidad sería un paralelismo, o sea, una misma cosa. Es en las relaciones humanas que se mide nuestra santidad. (¿No es eso lo que propone el "fruto del Espíritu": mejores relaciones humanas?) Mis herman@s, perdónenme esta y algunas más, pero la "santidad barata" es la fácil, Dios espera más de tí y de mí; que seamos diferentes y que se demuestre en la manera en que trato a la gente que me rodea, eso es ser sant@s...
Que hoy podamos ver al Señor... en la gente que nos rodea... que necesita saber lo que es la santidad según Jesús...

Tuesday, November 26, 2013

El día que desempleamos a Dios 2 (El polvo de sus pies)


Entonces.... ya se dieron cuenta en el último blog (si no lo has leído, búscalo antes de hacer esta lectura) que la educación en las Escrituras de un judío era algo muy serio e importante. Sin embargo, de las tres etapas, la mayoría solo participaba de la primera, y luego continuarían la profesión de sus padres. El reducido y exclusivo grupo de aquellos que representaban lo mejor de lo mejor tenía derecho a seguir a un rabí y convertirse en sus discípulos (tamidim) siempre y cuando este le dijera las palabras "lej ajarai" o sígueme. Este era el mayor honor para un estudiante de las Escrituras porque significaba que tu rabí, aquel que habías escogido para seguir; creía en tí, creía que tenías lo que se necesitaba para llenar sus zapatos. Algún día el discípulo sería también un rabí.
Ahora bien, Jesús no era un desempleado en su época. Su profesión era artesano (teknón en griego). Esto podía significar carpintero, pero también albañil, picador de piedras, agricultor, etc. Sin embargo, Jesús debe haber pasado por estas etapas de educación, por una razón bien sencilla: a los 30 años era un rabí. ¿Recuerdan? A los doce años, dice Lucas, que estaba en el Templo discutiendo acerca de las Escrituras con los doctores de la Ley. Él fue (en su humanidad) un estudiante de las Escrituras, y de los mejores (¡o el mejor!!!). Sin embargo, es probable que por la muerte prematura de su padre, como hermano mayor, haya tenido que hacerse cargo de su familia trabajando como artesano; pero a los 30 años retoma su proceso y se convierte en un rabino. Los rabinos predicaban y esperaban que los estudiantes, muchachos de entre 15 a 18 años, se acercaran para ser sus discípulos (Bet Midrash, ¿recuerdan?). Sin embargo este rabí era distinto. Verán, Jesús era un rabino muy ambicioso, ¿sus pretenciones? Cambiar el mundo... ¿A quién reclutarías para cambiar el mundo? ¿Artistas famosos, científicos importantes, escritores exitosos? Probablemente... pero este maestro está buscando discípulos en el Mar de Galilea. (Marcos1) ¿Y cómo es eso? Los pescadores eran parte de los "loosers", de los "dropeaos", de los "colgaos". No era el tipo de personas que buscarías para cambiar el mundo. Eso no es lo único, estos muchachos eran jóvenes entre 15 y 20 años, (a diferencia de como nos presenta Hollywood los discípulos, como viejos "joroba'os") y eran parte de los que no habían merecido el derecho a seguir a un rabí por no ser de los mejores estudiantes. Allí estaba Jacobo y Juan pescando con su padre, porque eso era lo que les había tocado.... Llega el rabí Yeshua ben Yosef, el de Nazaret y les dice "sígueme"... ¿En serio?? ¿Sígueme? A un corillo de chamaquitos sin futuro, sin estudios, señalados por la sociedad como los "quedaos"; que no pasaron las distintas etapas; que no fueron lo mejor de lo mejor; Jesús les dice: "sígueme". Es decir: yo creo que ustedes tienen lo que se necesita para llenar mis zapatos; yo creo en ustedes; yo creo que pueden ser igual a mí...
Un día en su última cena con estos muchachos, el Evangelio de Juan menciona que Jesús les dice: "No me escogieron ustedes a mí, yo los escogí a ustedes"; y era cierto. Ellos no escogieron seguir a este rabí, de hecho aunque hubiesen querido, otro rabí no los hubiese aceptado en su círculo. Jesús vio en ellos lo que nadie pudo ver, porque así es nuestro rabí Jesús...
Nuestro rabí no está desempleado, está activamente en el siglo 21 buscando gente que puede llenar sus zapatos; pero cuando este Maestro presenta sus opciones para cambiar el mundo, te aseguro que no llenan las expectativas de quienes quisieran desemplearlo... la gente religiosa, que pretenden que llenemos sus propios estándares antes que los de este rabí que, a veces pienso que por "locura divina", cree que yo... puedo llenar sus zapatos y ser como Él. ¿Llamados y escogidos? Tu rabí te ha llamado por tu nombre y te ha dicho: "lej ajarai, sígueme" porque no lo escogiste a Él, Él te escogió a tí, porque vió en tí lo que nadie pudo ver...
El Rabí está llamando gente que quieran ser como Él, y soñar con Él que podemos cambiar el mundo. Ese es su empleo, y quiere que sea el tuyo... 
Cuando un discípulo seguía de cerca a su maestro en las calles polvorientas de Israel, el polvo que sus pies levantaba los cubría. Cuando llegaban a los lugares la gente sabía que habían seguido a su maestro porque estaban llenos del polvo de sus pies. Este era el más grande honor. De ahí surge aquella bendición antigüa: "Que puedas seguir a tu rabí, y que seas cubierto del povo de sus pies..."
Que hoy la gente sepa que tú y yo seguimos a nuestro rabí, aunque no pertenecíamos al círculo exclusivo que tenía derecho a seguirlo, porque Él nos escogió a nosotr@s...

Que seas hoy cubierto del polvo de los pies de tu rabí Jesús...

Sunday, November 24, 2013

El día que desempleamos a Dios...


¡No puede estar triste un corazón que tiene a Cristo... no puede estar triste un corazón que tiene a Dios!! ¿Alguien recuerda ese corito? Gracias al Cielo que ya casi no se escucha en nuestras iglesias, pero que mucho lo cantábamos; y ¡qué clase de "paquete" tan grande!! Imagínate, si un corazón que tiene a Cristo no puede estar triste, sinceramente, yo estoy descartado, y probablemente casi todos y todas quienes leen este blog. ¡Por Dios! ¿podía alguien inventarse un coro más enajenado de la realidad? Ni siquiera voy a comenzar a enumerar todos los textos bíblicos que contradicen esto, pero permítanme solo mencionar la gran tristeza del propio Jesús ante la inminente cruz en el Getsemaní, sudando gotas de sangre; y su propio clamor mientras agonizaba: "Dios mío, Dios mío, porqué me has desamparado". Pablo, el cuarto bate, habla bastante en sus cartas sobre las tristezas que tuvo que enfrentar debido al ministerio; sin olvidar a grandes "hombres de Dios" que desearon morirse en un momento, como Jonás, Job, Jeremías y el propio Pablo, por mencionar algunos. Pero, y que me dicen de Jesús que comienza el "Sermón del Monte" diciendo: Felices los que hoy lloran, porque serán consolados"... Lo peor de todo es que es el propio Jesús quien llama al Espíritu de Dios que ha venido a morar en nuestra vida: el Consolador... Que me perdonen todos aquellos y aquellas que se "gozaban" estos coritos, pero si no llega la tristeza a nuestra vida como parte de nuestra humanidad, entonces hemos dejado al Espíritu "sin empleo", porque su obra es consolar. Peor aún que esto es, cuando en el nombre de Dios y del Evangelio, hemos pretendido "desemplear" (espero que comprendan a lo que me refiero con este término) a un Dios que está llamando a los seres humanos, a pesar de, y por encima de su condición, pretendiendo crear un grupo exclusivo de "escogidos" conforme a nuestro gusto. Si... en ocasiones algunas iglesias se han convertido en una élite de llamad@s y escogid@s que ha mantenido a Dios y su obra inclusiva (o sea, que incluye, que abre los brazos, que recibe) fuera de los estándares de nuestros círculos. Si el trabajo de Jesús era: quienes vinieran a él no echarlos fuera, algun@s preferirían enviarlo al desempleo porque creeen que lo pueden hacer mejor. ¿Fuerte? si, y triste por demás... Y much@s justifican su empresa citando el texto: "Muchos son los llamados, y pocos los escogidos". Pues permítanme brindar algunas pistas para comprender lo que eso quiere decir. Debe interpretarse a la luz del rabinato en el primer siglo en Palestina.
La educación judía de los varones era bastante ambiciosa en cuanto al estudio de las Escrituras. Josefo y documentos antigüos de la Mishná nos brindan una idea. La primera etapa de la educación era Bet Safer. Comenzaba aproximadamente a los 5 años. El rabino le daría una gota de miel a los niños para que la probaran y les diría: "Que las Escrituras te sean tan dulces como la miel a tu paladar". Ese día comenzaba un proceso de memorización de la Biblia hebrea. Los mejores estudiantes pasaban a la segunda etapa de la educación Bet Talmud. Aquellos que no daban el grado eran enviados a trabajar con sus padres. Lo mejor de lo mejor pasaría a la tercera etapa de la educación, esto ocurría entre los 15 años. Para ser de este exclusivo grupo tenían que haber memorizado grandes porciones escriturales, incluso libros completos y hasta la Torá (aún hoy día judíos ortodoxos llegan a memorizar la Torá entera, o sea desde Génesis hasta Deuteronomio). Esta tercera etapa se llamaba Bet Midrash, pero ya no era en la sinagoga estudiando la Biblia; ahora el estudiante tendría que buscar un rabí o maestro a quien seguir para convertirse en su discípulo. Todos los demás que no daban el grado eran enviados a continuar la profesión de sus padres. Hoy se llamarían los "dropeaos", los "colgaos", los "quedaos"... Ahora bien, no todo era felicidad para quienes llegaban a Bet Midrash. Aún no se habían graduado. Escoger un rabino no significaba que podías ser su discípulo. Tenías que seguirlo en todo, o sea, en todo. Comer como él, andar como él, hablar como él, predicar como él, en fin ser su espejo. Durante este proceso el rabí te observaría para ver si tenías lo que se necesitaba. Algún día él moriría y sus discípulos tendrían que llenar sus zapatos. De manera que un día tu maestro se viraría hacia tí y te diría una de dos: "No tienes lo que se necesita, regresa a tu casa y a la profesión de tu padre", lo cual te añadiría a la lista de la mayoría de los "dropeaos". O, te diría las palabras que todos deseaban escuchar: "Lej ajarai" que en arameo expresa: "Sígueme"... ¿Sabes hacia dónde vamos con esto? Jesús era un rabí de Israel en el primer siglo y te aseguro que aún en el siglo 21 no está desempleado...
En el próximo blog vamos a terminar esta enseñanza, y te aseguro que hará todo el sentido del mundo...

Tuesday, November 19, 2013

Puedes bajar de esa "montaña rusa espiritual"

Recuerdo aquel día y todavía me molesta... Éramos un montón de muchachos con deseo genuíno de servir a Dios; y llegábamos de un retiro que duró todo el fin de semana. Estábamos como dicen: "activa'os", "pompea'os". Llegamos el domingo en la noche al servicio de nuestra iglesia. Me sentía "en las nubes" hasta que entré por la puerta, y escuché el comentario de la diaconisa: "Llegaron los jóvenes del retiro; vamos a ver cuánto les dura esta vez..." Muy mal por ella, y por todos aquellos que de alguna manera u otra menosprecian o subestiman la juventud en nuestras iglesias. Pero, por otra parte reconozco que en ocasiones, tanto los jóvenes como los menos jóvenes, proyectan una inconsistencia en sus vidas que provoca las críticas de otras personas. De ninguna manera justifico la crítica no-constructiva, ni mucho menos el menosprecio o el dedo acusador (quienes obran así definitivamente no han conocido a Jesús de Nazaret); pero tampoco justifico nuestras "montañas rusas espirituales"... Si, un día estamos en el tope, nos "comemos los nenes crudos", sentimos que podemos conquistar el mundo; y de repente, de la nada, nos "escocotamos", estamos llenos de culpa, nos desmotivamos y ya no hay "gozo"... La vida de mucha gente en la iglesia es eso: una "montaña rusa espiritual"...
Cuando leemos las Escrituras tenemos por obligación que leer acerca del pueblo judío porque más de  2/3 partes se escriben a ellos. Podemos críticarlos, decir que eran malos, acusarlos y condenarlos; pero hay que reconocer que esa gente tenía muchas virtudes que admirar. Un ejemplo lo encontramos en el Shemá. Este era el corazón de la Ley Judía o Torá; y había que repetirlo todos los días: "Escucha Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas". (Deut. 6:4-5) Israel era una pequeñita nación rodeada de grandes naciones y poderosos imperios. Lo increíble es que eran los únicos en todo aquel mundo que afirmaban el monoteísmo, o sea la existencia de un solo Dios. Era nadar en contra de la corriente. Todos los pueblos tenían muchos dioses, y ridiculizaban a Israel por su afirmación monoteísta. Sin embargo, se mantuvieron en su postura de un solo Dios por milenios hasta el día de hoy. Claro, esa afirmación es la base del Cristianismo y del Islam, las otras religiones monoteístas, que han provocado que la idea dominante religiosa moderna sea de un solo Dios; pero en la antiguedad era tan raro como es para nosotros y nosotras hoy escuchar a alguien afirmar el politeísmo, o la creencia en varios dioses. La pregunta que surge es: ¿qué provocó esa consistencia y perseverancia de Israel en afirmar un solo Dios a pesar de las persecuciones y consecuencias que esto implicaba? Tres jóvenes amigos de Daniel ponen en peligro su vida con tal de mantener su fidelidad al único Dios, por nombrar un ejemplo. Quizás si descubrimos sus razones, nos ayude en nuestras propias "montañas rusas". La razón era bien sencilla: los judíos conocían el corazón de Dios. Yo sé que has escuchado mucho acerca de esto. Algunos hermanos y hermanas pretenden conocerlo simplemente a través de una experiencia de adoración o intimidad con Dios, y eso es muy importante, pero no suficiente. Para entender por qué, tengo que hablarles algo sobre el hebreo, el idioma original en que se escribe lo que conocemos como Antiguo Testamento. Este se lee de derecha a izquierda, a diferencia del español. Por lo tanto la primera letra de una palabra está a la derecha y la última a la izquierda. La Torá es la Ley Judía, los primeros 5 libros de nuestras Biblias,  la sección más importante de sus Escrituras. Si leemos la Torá en español la letra con la cual comienza Génesis 1:1 es la "bet" (equivalente a la B o V en español) de la palabra "bereshit" o principio. La última letra de la Torá es la "lámed" (equivalente a la L en español) de la palabra Israel que es con lo que termina Deutronomio 34. Si la leemos en hebreo de derecha a izquierda la "lamed" es la primera letra en la Torá y la "bet" es la última. Estas dos letras forman la palabra "lev" que significa corazón. En otras palabras, los rabinos afirman que de principio a fin las Escrituras encierran el "lev" o corazón de Dios. La mayor devoción y amor de ellos era por las Escrituras, la Palabra de Dios. La leían, la recitaban, la memorizaban, y en momentos difíciles era su consuelo... ¡igualito que nosotros! Seamos honestos, en nuestras iglesias mucha gente solo lee la Biblia en los cultos y por eso no conocen a Dios, y mucho menos conocen el corazón de Dios. Ir a conciertos, a vigilias, a cultos, a visitar profetas o hacer ayunos no te van a llevar a conocer Su corazón, solo las Escrituras que encierran su "lev"...
La letra "bet" simboliza casa; y los judíos creían que el corazón de Dios (las Escrituras) era su casa. Por tal razón, sin importar donde estuviesen, en destierro, en cautiverio, las Escrituras eran su refugio. Esto los hacía fuertes, consistentes ante las peores circunstancias.
Por otra parte, la letra "lámed" tiene una peculiaridad: es la más alta de todas las letras del alfabeto hebreo. En otras palabras, los judíos creían que cuando el corazón de Dios era tu casa, tu vida se elevaba al nivel que Dios había destinado. O sea, si quieres crecer, madurar y conocer el corazón de Dios, no hay otra receta, no hay nada que reemplace su Palabra.
Acércate a las Escrituras, deja que Jesús te muestre como vivir una vida de fruto y plena según Él. Allí encontrarás misterios del corazón de Dios como: haz a otros como quieres que te hagan a tí; no juzgues si no quieres ser juzgado; ama incluso a los que te hacen daño. De hecho, en el corazón de Dios encontrarás lo que Dios espera y desea más que nada de tí. Está en el segundo verso del Shemá: que lo ames con todo... alma, fuerza y corazón, ese es el mayor deseo del corazón de Dios: tu amor, libre y voluntario...
Bájate de la montaña rusa...
Escucha... escucha... escucha...

Sunday, November 10, 2013

Lo que nadie nos dijo sobre el pecado


En el año 2000 decidí irme a estudiar formalmente teología y literatura bíblica. Yo sabía que se criticaba duramente a la gente que decidía estudiar en la Universidad Teológica o el Seminario. Le llamaban el "Cementerio"; decían que salían de ahí ateos, sin fe; y que en esos lugares "mataban el Espíritu" (nunca he entendido que quiere decir lo último). De cualquier manera, si por locura o por rebeldía no lo sé, pero hace 13 años comencé en esta carrera sin saber lo que me esperaba. Hoy, como estudiante doctoral y profesor, entiendo porqué se comentan esas cosas. La teología puede llegar a ser fría y enajenada de la realidad; sobre todo cuando los teólogos y teólogas se "viven la película" de que esta se construye en las bibliotecas y en los salones de clases. No, la verdadera teología se construye con la gente, con los de abajo, en los barrios, en la calle, en la necesidad, en el dolor, en las lágrimas, en la muerte, en la pregunta de la gente común: ¿dónde está Dios? Sin embargo, no me arrepiento, créanme que en el proceso de desaprender y aprender he encontrado la libertad, esa a la cual se refería Jesús cuando dijo: "conocerán la verdad, y esta los hará libres". También he encontrado algunos problemas. Como el día en que, siendo parte del ministerio de adoración de la iglesia, le dije a la hermana Toña, la líder de adoración, que me negaba a cantar un coro. En aquellos años se cantaban canciones distintas a las de ahora, y había una en específico que me revolcaba la existencia: "El Rubio de Galilea está pasando por aquí"... Ese día de ensayo me envalentoné y le dije a Toña: ¿a qué rubio le estamos cantando? Se sabe que Jesús no fue rubio, de hecho los judíos en el primer siglo, todos se parecían, pues no se mezclaban con otras razas. Eran de piel bastante negra, pelo "grifo", nariz chata y pómulos sobresalientes. Nada que ver con el Jesús rubio de Hollywood. Gracias a Dios nunca se volvió a cantar aquel coro. Sin embargo, ¡cuántas cosas enseñamos en nuestras iglesias, a nuestros hijos e hijas, a nuestros hermanos y hermanas en la fe que nada tienen que ver con el mensaje bíblico!...
Me he percatado que muchos de los problemas están en la interpretación que surge de las traducciones de la Biblia. Hablaré de uno de los que me parece esencial comentar, aunque provoque reacciones no deseadas: el PECADO. Para sorpresa de algunos, este término no aparece en el idioma original de los textos bíblicos. Proviene del idioma latín: "peccatum" y literalmente significa delito. Pero, ¿es esta la idea que nos transmite la Biblia? ¿Se refiere a que cada vez que fallamos estamos cometiendo un delito? ¿Debemos sentir todo el peso de la culpa que el término pecado o delito implica cada vez que nuestra humanidad nos traiciona? Nada más lejos de la verdad. La palabra que se traduce por pecado en el original griego del Nuevo Testamento, en la mayoría de las ocasiones es "jamartía", y en el hebreo del Antiguo Testamento es "jattath". En ambos idiomas significa lo mismo: fallar o errar, no llegar a la meta. La imagen es cuando tiras una flecha y no llega al blanco, eso es jamartia o jattath. No sé que piensan, pero no me siento igual cuando me dicen: "fallaste al blanco", que cuando me dicen: "cometiste un pecado, un delito". ¿Porqué termina traduciéndose "jamartía" como pecado o delito? ¿Cuál es el empeño de la religión en crear un sentido de culpabilidad tan grande a la gente que nisiquiera se atrevan a acercarse a Dios, ni puedan experimentar, como dice la Biblia, estar en paz con Él? Todo responde a contextos históricos. Durante la Edad Media, la Iglesia Católica se alimentó de la culpa de los pueblos para enriquecer sus arcas. Las indulgencias eran un medio por el cual, dependiendo del dinero ofrecido, se le ofrecía perdón a las personas de sus culpas. En otras palabras, los pobres jamás serían perdonados, y mientras más culpa sintiera la gente, más se enriquecería la Iglesia. Luego se inventaron el concepto de pecado original, con el cual enseñaban que por el simple hecho de ser el resultado de una relación sexual, ya nacíamos con la culpa del pecado.
Hoy en día hemos comprendido los errores del pasado y debemos ser honestos y honestas, estamos llamados y llamadas a vivir vidas que procuren no fallar, pero en mi humanidad, todos los días fallo. Dios desea que sintamos paz con Él, por eso dice el apóstol: "Justificados por la fe, tenemos paz para con Dios". Tú y yo hemos sido declarados justos y justas, libres de culpa delante de Él por lo que hizo Jesús, esto es evangelio. No me malinterpreten, creo que quien falla deliberadamente, sin intención de cambiar o arrepentirse tiene su consecuencia ante el Juez, y solo ante Él; pero hay quienes aún intentándolo seguimos siendo imperfect@s...
Herman@, has fallado, no has cometido un delito. Has errado al blanco, no llegaste a la meta; pero levántate porque puedes ser restaurado o restaurada, liberado de la culpa que no te permite ser feliz. Es por eso que arrepentimiento en el original significa cambio de mente. De nada sirve tener la iglesia llena de gente que sienta remordimiento por sus delitos; mejor tener gente que cambie su mentalidad para poner todo su empeño en no fallar...
Sé que esta reflexión va a revolucionar muchos espíritus religiosos que todavía pretenden que la gente viva bajo sentimientos de culpa que no les permite fructificar; pero pregunto:¿es mejor ser fieles a nuestros postulados religiosos y doctrinales; o a lo que realmente enseña la Biblia, la cual afirmamos como Palabra de Dios?
Que puedas hoy cambiar tu mente para vivir una vida imperfecta, con la intención de no fallar; pero que cuando ocurra, no te hundas en la culpa que te aleja de Dios, sino que te acerques como quien vuelve a tomar su flecha para esta vez no volver a fallar al blanco...
Dios va a tí...

Sunday, November 3, 2013

El día en que Dios se hartó del altar

Recuerdo el día que conocí al padre de mi primera novia (o sea, mi primera relación seria). Ya ella me había advertido que el hombre no era fácil; pero ni tenía idea de lo que iba a enfrentar. Era un individuo de rostro frío e impacible; grueso y barba larga; sombrero de medio lado y mirada amenazante. Me dijo: "ven, para mostrarte algo". Me llevó a un cuarto de la casa donde habían algunas armas, y me dijo: "esto es lo que te espera si le haces algo a mi hija"... Por poco salgo corriendo, pero aguanté. En aquel cuarto vi también varios timbales, y me percaté que era algo que le apasionaba. Hacía como un mes que una amiga me había regalado unos marca LP, de manera que, aunque me encantaban, decidí regalárselos en ánimos de bajar la tensión; y, sucedió lo inesperado. Aquel hombre cambió por completo, ahora ¡me llamaba su hijo! En fin, la novia me dejó; pero él me decía: "eres mi hijo" y lloraba preguntándose porque ella me había dejado...¿Pueden imaginarlo? Finales inesperados...
El final de Jesús de Nazaret fue también uno inesperado para sus discípulos, muerte de cruz; pero más inesperado fue lo que sucedió justo después de su muerte. Marcos dice que al espirar, el velo del Templo se rasgó en dos de arriba a abajo. Esa movida divina no se la esperaba nadie, y es probable que hayamos pasado por alto su significado. Entonces ¿qué era este velo? Éxodo 26:31-33 explica que era una gran cortina que separaba el lugar santo del santísimo en el Tabernáculo y en el Templo. El lugar santísimo era donde se encontraba el lugar de sacrificio, o sea el altar. Allí solo podía entrar una persona, el sumo sacerdote, una vez al año, el día de Yom Kipur o expiación. En aquel lugar ofrecía dos corderos, uno lo degollaba y con su sangre rociaba el altar; y al otro le transfería por imposición de manos los pecados del pueblo y era llevado al desierto. Ese era el único día en que podía mencionar el nombre de Dios, en diez ocasiones. (Levítico 16) En otras palabras, Dios habitaba el lugar santísimo, el altar del Templo, y nadie podía acercarse, excepto un hombre, una vez al año, pero no cualquier hombre... Levítico 21 propone varias exigencias, por ejemplo, no podía tener defectos físicos, ni ser ciego, ni impedido, ni tener orejas o nariz deformes (lo cual descartaría a alguna gente que conozco), ni ser enanos, ni jorobados, ni tener defectos en los testículos, etc. Mi gente, el altar alejaba, separaba, escondía a Dios de la gente, lo convertía en un Dios exclusivo de un pequeño grupo cuasi-perfecto; convertía a Dios en propiedad de un grupo de religiosos que lo salvaguardaban detrás de la cortina; pero ¡Dios se hartó del altar!
Se hartó de que un grupo de gente con "guille" de super espirituales pretendieran ser sus dueños y "esconderlo" en un lugar santísimo. Se hartó de que utilizaran el altar para pretender que quienes podían pisarlo eran superiores o más santos que quienes no podían. Se hartó de que quisieran convertirlo en un Dios exclusivo de dos o tres. Se hartó de que la gente común, como tú y como yo, pensáramos que Él está lejos, inconsciente de nuestra realidad y nuestros problemas detrás de una cortina... Dios se hartó de toda esa hipocresía y pantalla de religiosidad, y quiso rasgar el velo, romper la cortina, o sea, ya no existe un lugar santísimo ni un altar donde haya que ofrecer sacrificios que "calmen" a un Dios que se olvidó de su creación. Jesús rasgó el velo, en otras palabras, Dios ha abierto las puertas para todos y todas, no excluye, incluye, abre los brazos para recibir a quienes quieran acercarse. Por eso ya no hay lugar santísimo ni altar. Es un Dios que se ha identificado, se ha solidarizado, se ha compenetrado y se ha hecho cómplice con tu existencia y la mia. Ahora es Emmanuel, Dios con nosotros. Ahora es Dios encarnado, o sea, que participa de nuestra realidad. Ahora el Templo somos tú y yo, así de cercano está... Esto le resta santidad al altar y le brinda santidad a nuestra propia vida, porque en nuestras existencias rodeadas de debilidad e imperfección podemos experimentar a Dios que está aquí y ahora, podemos participar de Dios.
Que hoy no tengas que buscar a Dios detrás de cortinas o altares que pretenden alejarlo... que abras tu espíritu y corazón para encontrarlo aquí y ahora en medio de tu existencia...
Que puedas comprender esto: Dios se hartó del altar porque quería que su Templo fueras tú...

Wednesday, September 25, 2013

Como en casa de abuelita...


Sentirse en casa es lo mejor... Allí tienes la libertad de pasearte con tus rolos o con tu "dubi" sin que nadie te critique; andar en cortos y chancletas "mete deo" o chinelas acojinadas de abuelita; andar despeinado y sin camisa; porque en casa nadie te juzga, nadie te condena, nadie te critica. Es eso precisamente lo que nos encanta de estar en casa, es el lugar donde somos aprobad@s y aceptad@s aunque sea por nuestro perrito... Lo que pretendo establecer es que estar "en casa" es mucho más que una localización, cuatro paredes o una dirección. Puede ser que, simplemente estar junto a una persona, compartir en familia, asistir a tu iglesia te hace sentir "en casa", aprobad@, aceptad@, cómod@, en paz.
En la antiguedad el pueblo de Israel tenía dos casas principales. Ambas se encontraban en un monte al cual llamaban el Monte Sion. Una era la casa del rey, el palacio; la otra era la casa de Dios, el Templo. Desde los atrios del Templo podías mirar a tu mano izquierda y ver el palacio con el rey sentado en su trono; y mirar hacia el interior del Templo y visualizar al Rey sentado en su Trono Altísimo. Esta visión de ambas casas brindaba al pueblo judío tranqulidad, confianza y paz. Pero a veces los cimientos de nuestra "casa" son sacudidos.
El profeta Isaías recibió su llamado a ser profeta a través de una experiencia particular narrada en el capítulo 6 del libro. El primer verso comienza con un detalle importantísimo que mucha gente pasa por alto: El año en que murió el rey Uzías, yo vi al Señor... Este rey había comenzado a reinar a los 16 años en Judea y reinó por 52 años. Trajo paz, prosperidad, progreso y seguridad a Israel. Podías pararte junto al Templo y ver al rey Uzías sentado en su trono, lo cual te hacía sentir la seguridad y paz de que teníamos un rey bueno. Sin embargo, luego de 52 años, ¡el rey había muerto! La ''casa'', el lugar seguro se había perdido. Es en ese momento, en esa crisis, en esa incertidumbre, en ese año que el profeta Isaías dice: "yo vi al Señor"... Porque no se trata de si Dios está presente en medio de nuestros momentos difíciles, sino de si podemos verlo. Él lo vio pero no de cualquier forma; lo vio en un trono alto y sublime. El profeta tiene la visión en el Templo, lo sabemos porque dice más adelante que sus faldas llenaban el Templo, por lo tanto podía mirar a su izquierda y ver el palacio con un trono vacío; sin embargo había un trono ocupado; uno más alto y sublime que el del rey Uzías, el trono divino. Dios está sentado en su trono aún, sin importar los "tronos vacíos" que nos toque ver. La invitación es a sentirnos en casa cuando podamos cambiar la mirada del trono vacío al Trono alto y sublime de Dios.
Isaías estaba entrando a ese lugar de confianza, de seguridad, de paz; al lugar de la aprobación y de la aceptación, a la "casa". Por eso es que menciona que sus faldas llenaban el Templo. Esta era la casa de Dios; ahora, entiende esto bien, no es porque Dios necesite una casa, Él es muy grande e ilimitado para poder ser contenido en una estructura física; se trata de que los seres humanos tengamos una casa donde podamos experimentar a Dios y todo lo que implica la casa. Sus faldas son una imagen de consuelo, como las faldas de mi abuelita Marina. No importa lo que estuviese sucediendo en mi vida, solo había que llegar a casa de abuelita a la hora de la novela, y acostarse en su falda, automáticamente ella te pasaba la mano por la cabeza y se desvanecía toda ansiedad. Lo mejor de abuelita es que no decía nada, no había recriminación, ni crítica, ni condenación, simplemente una mano, una falda, y sentirse comprendido, aceptado y aprobado. Las faldas de abuelita, una "casa"... Así es Dios, en los momentos cuando los tronos están vacíos nos invita a la casa en sus faldas, nos pasa la mano, nos consuela, y nos hace sentir aprobad@s, aceptad@s, segur@s, y en paz. Si no te sientes así, es tiempo de regresar, ese es tu lugar, el Padre te espera para correr, abrazarte y besarte porque estás en casa...

Friday, September 13, 2013

Eres "tierra"...

La próxima vez que alguien te diga: “tierra” para insultarte, no te sientas mal… la verdad del caso es que ¡eres tierra! En realidad tod@s lo somos. La pregunta no es si somos tierra; la pregunta es: ¿qué clase de tierra somos?...
Para quienes creemos en lo que dice el relato bíblico de la Creación, específicamente en cuanto a la creación del ser humano, es importante observar la relación que existe entre la tierra y este. Si pudieses leer el texto en hebreo (idioma original) notarías el juego de palabras. El término para tierra es adamá; y el término para ser humano es adam. O sea, de la adamá, Dios crea el adam; porque la idea es que, aunque fuimos cread@s por la mano divina, nuestro origen es la tierra. Si eres un ser humano como yo, no puedes negar que es tu origen y esencia. La Biblia lo llama creados del "polvo de la tierra". Si creemos esto, entonces tiene algunas implicaciones para comprender plenamente nuestra existencia.
Tod@s somos tierra, por lo tanto somos IGUALES y estamos unidos, interconectados por algo más grande. Probablemente tengas más dinero que yo, o menos; pertenezcas a una clase social más alta, o más baja; tengas más títulos o escolaridad que yo, o menos; pero estamos unidos por la misma tierra…
Ser cread@s de la tierra habla también de nuestra verdadera condición, de nuestra composición. Como la tierra, somos frágiles, imperfect@s y débiles. Algun@s son más sant@s, más talentos@s, más virtuos@s que otros y otras; pero siguen siendo tierra… Porque, como dicen por ahí: “el que no tiene dinga, tiene mandinga…” Que nadie juzgue tus debilidades y fragilidades, porque son parte de lo que somos; y Dios dice que, precisamente en tus debilidades es que se perfecciona Su poder. (2 Cor. 12:9) El salmista decía en el salmo 103:14: Porque Él conoce nuestra condición, sabe que somos polvo. El predicador (Ecleciastés) decía: Del polvo fueron hechos, y al polvo todos volverán.
Tod@s somos tierra, pero ¿qué clase de tierra somos? Jesús nos ayuda con sus historias, sus parábolas, a responder esto. Él dijo: “Un día el sembrador salió a sembrar…” De más está decir que en esta parábola, el sembrador representa al Padre. Echa la semilla en tierra, pero algunas caen en piedras, otra entre espinos, otra en tierra seca y otra en tierra fértil. La semilla es Su palabra; y quienes han seguido mis enseñanzas en este blog saben que la palabra de Dios no es cualquier cosa, es una palabra con poder creativo que Dios ha dicho acerca de nuestras vidas desde la eternidad. Esa palabra define quien tú eres y trazó tu destino en Él. Es la inversión de Dios en nuestra vida… Y el sembrador tira la semilla con esperanza, la esperanza de que la semilla dé fruto. La intención es que ni una se pierda, pero no todas fructifican. ¿Por qué? Porque no depende del sembrador, depende de la tierra. Sin embargo cuando el sembrador echa la semilla en tierra es porque cree que la tierra es buena para su semilla. Es por eso que el Padre ha echado su semilla en tu vida, ha invertido en ti, ha dicho una palabra creativa acerca de tu vida desde la eternidad acerca de tu existencia porque para Él tu eres tierra, pero tierra buena, fértil. Su esperanza es que la semilla fructifique en tu vida, por eso salió a sembrar…
Eres tierra, frágil, imperfect@, débil, vulnerable, pero eres buena tierra. Dios tiene su esperanza en tí porque su semilla dará fruto, a treinta, a sesenta y a ciento por uno...
Que hoy comprendas que, más allá de las opiniones que otr@s tienen de tí, la opinión de Dios es que eres buena tierra, una en la cual vale la pena sembrar...
Que hoy, la esperanza del Sembrador sea una realidad en tu vida, eres tierra que da fruto, y esa semilla será en tu vida como árbol plantado junto a las aguas que da fruto a su tiempo y su hoja no cae, ese es tu destino...



Tuesday, August 27, 2013

Dios quiere que seas feliz...


Dios quiere que seas feliz... Dios lo quiere... Es difícil creer e internalizar esto en medio de una sociedad lo suficientemente religiosa como para hacernos pensar que en vez de verte feliz, Dios lo que desea es que te hundas en un destructivo sentimiento de culpa. "Mea culpa, mea culpa" es el clamor que nos enseñaron en la Iglesia Católica; y ni mencionemos algunos de los discursos de las iglesias evangélicas que, tan solo mencionarlos, llenan nuestro ser de un peso de culpa que nos estanca en la vida. Pero, en serio... Dios te creó para que fueras feliz. Ya sé que algunos y algunas de profundo espíritu religioso encontrarán estas palabras contrarias a la verdad y hasta las considerarán una apostasía, herejía, falsa doctrina, etc... Pero ¿sabes qué? En las noches todos ellos y ellas se acostarán a dormir, y tú quedarás sol@ con tus culpas y sin poder tener una relación saludable con Dios. Es necesario que, más allá de las opiniones de quienes no lo comprendan, seamos felices.
Yo no tenía idea de que existía un Centro de Datos de Felicidad Mundial, pero si, existe en Rotterdam; hay gente que estudia y analiza la felicidad. La pregunta que nos surge es: ¿qué es la felicidad? En Google aparecen aproximadamente un millón de definiciones. El Centro que hablamos dice algunas cosas interesantes acerca del tema. Por ejemplo, que la gente que pasa más de una hora de viaje al trabajo son significativamente menos felices, lo cual nos hace, a las víctimas del tapón de P.R. ¡vulnerables a la infelicidad!! Que la gente mayor de edad es más feliz, porque han aprendido a vivir mejor... Que quienes viven una vida activa son más felices; y, en el caso de los hombres, si se consideran atractivos, son más felices... Finalmente me llama la atención que el país considerado el más feliz del mundo es Costa Rica, nada que ver con grandes ingresos per capita, o grandes acumulaciones de riqueza; porque la felicidad puede estar en un camino distinto al que siempre nos indicaron que se encontraba....
En términos generales está comprobado que la verdadera felicidad no depende de circunstancias externas, sino que es un estado emocional, condición interna. La ausencia de problemas no es felicidad, por el contrario, se es feliz a pesar de los problemas. El éxito no es sinónimo de felicidad, de hecho puede llegar a ser una razón de infelicidad; y tener, no implica ser feliz.
Dios te creó para la felicidad, de hecho te llama feliz, a pesar de las circunstancias que te hayan tocado vivir. Y ¿cómo puedo estar tan seguro de esto? Pablo dice que el fruto, o sea, lo que provoca el Espíritu en nuestra vida es primeramente amor, y en segundo lugar gozo. (Gal. 5:22) Ahora bien, gozo puede ser malinterpretado por una experiencia momentánea o pasajera, pero en el idioma original, "jará" se trata de una experiencia permanente, de un estilo de vida; por lo cual la mejor traducción es felicidad. Eso es lo que Dios provoca en nuestras vidas: felicidad, y tienes derecho a sentirla plenamente.
Entonces un día Jesús quiso predicarle a la gente en un monte (Sermón del Monte, según Mateo 5) y ¿sabes como comenzó su predicación? Con la felicidad. Bienaventurados los tales y cuales... la palabra que se traduce como bienaventurados es "makarios" que significa en griego felices. Verás, Jesús no dijo, como un verbo futuro: serás feliz; él dijo felices en forma de sustantivo, porque para Él, felicidad es lo que te define, es tu identidad, tú ERES FELIZ, y eso es una afirmación divina... Eres feliz, no como una promesa futura, sino como aquí y ahora. Felices aun los que lloran; porque a pesar de... Dios, que te creó y te conoce te dice: Eres feliz... ¿lo puedes creer? ¿lo puedes aceptar? ¿lo puedes recibir?
Lo que puedes controlar y no te deja ser feliz; cámbialo para la felicidad, Su deseo para tí...
Lo que no puedes controlar, abrázalo, acéptalo, y sé feliz a pesar de...

Tuesday, August 20, 2013

Los "queda'os"


¿Cuántos queda'os y quedá's conoces? Me refiero a esa gente que, como que se les fue el tren; se les pasó la guagua; se quedaron estancados en un momento de la vida. Algun@s se quedaron en la "high" porque fue su mejor tiempo; nunca han querido tomar responsabilidades, estabilizarse, progresar, porque están queda'os... Otr@s se estancaron en aquella etapa difícil: el divorcio, la pérdida de aquella pareja, la pérdida de aquel trabajo, el sueño que no se pudo dar, la meta que no se pudo alcanzar, el fracaso... Cada uno de los queda'os que he conocido tienen suficientes excusas para seguir en su propio estanque. Casi siempre tiene que ver con la gente que los rodea, ellos son culpables de que su vida esté así; porque la razón por la cual están "queda'os" es precisamente porque no han querido tomar completa responsabilidad de su vida...
Un día Jesús llegó a un estanque donde habían muchos "queda'os", el estanque de Betesda (Juan 5). Este estanque tenía 5 portales, lo cual, para cualquier buen judío que leyera esto, sería claramente una alusión a la Ley judía representada por este número. Esta gente vivía bajo la religiosidad (Ley) de su tiempo, y esta, los había estancado en la vida. Cojos, ciegos, paralíticos, todos en el estanque. En el capítulo anterior Jesús le dijo a la mujer samaritana que el que bebiera de su agua sería como agua que salta para la vida. En el capítulo 7 Jesús dice: El que cree en mí de su interior correrán rios de agua viva; y entre medio nos hablan de agua muerta, en un estanque sin movimiento. Este estanque representa el verdadero problema de aquellos enfermos. 
Uno que llevaba 38 años allí era paralítico. Estaba esperando que el agua del estanque se moviera, por algún milagro, para poder llegar allí y sanarse, según decía la superstición. Porque los queda'os están esperando los movimientos, los eventos grandiosos; pero Dios quiere más que "movernos el agua". La realidad es que aquel paralítico sabía que nunca se sanaría porque debido a su condición, jamás sería el primero en llegar. Este hombre se acostumbró a esa vida, a ese estanque.
Jesús se acerca y le pregunta ¿quieres ser sano? Pero, ¡¡qué clase de pregunta Señor!! 38 años esperando, y ¿esa pregunta?; pero cuando tomamos en serio las preguntas de Dios entonces comienza a hacer sentido... ¿quieres ser sano? ¿realmente quieres ser sano? ¿realmente quieres salir del estanque?
Si hoy Jesús estuviese frente a tí y te hiciera la pregunta... tal vez diríamos como el paralítico: Es que no tengo nadie que me meta al estanque... porque siempre tenemos la excusa de la gente que nos rodea. Es que me hirieron, me traicionaron, me maltrataron, me abandonaron, no me cuidaron, no me atendieron, no me amaron; pero tras todas las excusas, sólo tú quedas en el estanque; y NO fuíste cread@ para eso...
¿Quieres ser sano? ¿Quieres ser sano? ¿Quieres ser sano...? ¿Quieres salir de tu estanque...? Hoy es tu día, Jesús está frente a tí... Levántate, toma tu camilla y camina...

Friday, August 9, 2013

Lo que le faltó a Dios...

Estaba llegando a la meta; y ganándole a su némesis, el niño que siempre le ganaba en las carreras de la escuela. Pero esta vez, iba corriendo mejor que nunca. Gritábamos eufóricos: ¡Sergio! ¡Sergio! y ya estaba pensando en el pavo que cocinaríamos de cena de Acción de Gracias. Era la "carrera del pavo" y mi hijo estaba a punto de ganarla. A tres metros de su victoria se tropezó. Todo lo recuerdo como en cámara lenta. Cayó al suelo, en la brea caliente. Yo me congelé; pero su abuelo reaccionó y lo levantó. Cargándolo, culminó la carrera con el niño al hombro; porque su abuelo sabía que es importante no dejar cosas inconclusas. Aunque sea arrastrándonos debemos llegar...
Pero, ¿qué tal si quien deja asuntos inconclusos es Dios? 
Según Génesis 1, durante 6 días el Señor creó todas las cosas; y si te fijas bien, cada día de creación culmina con la frase: "y fue la tarde y la mañana..." Es decir, los seis días de creación comienzan y terminan, pero no así el séptimo. Durante este día el Señor reposa (shabat); y no se presenta la frase: "y fue la tarde y la mañana..." Por lo cual interpretamos que el séptimo día, el del reposo, nunca culminó. O sea, comenzó el eterno shabat de Dios. Y ¿qué significa esto? La definición de reposo más cercana a la de l@s puertorriqueñ@s es la del Gran Combo: "Yo me levanto por la mañana, me doy un baño y me perfumo. Me como un buen desayuno y no hago más na'... Que bueno es vivir así, durmiendo y sin trabajar..." Pero esa no es la definición del shabat según Dios. 
En la carta a los Hebreos, el autor compara el reposo (shabat) con la entrada de Israel a la Tierra Prometida. O sea que el reposo en Dios no es inerte o pasivo. En el capítulo 4 el autor indica: "todavía queda un reposo para el pueblo de Dios... procuremos entrar en él..." Nosotr@s estamos invitad@s a entrar en la misma experiencia que Dios, en un shabat, un verdadero reposo. 
Retomando Génesis, el día en que Dios reposó quedó inconcluso. Para entender esto voy a compartir las palabras de un rabino durante una visita a su sinagoga. Nos decía que la misión del ser humano es tomar parte en la creación inconclusa de Dios, es decir, completar la creación divina. Cuando el Señor entra en su reposo luego de la creación, este día queda inconcluso porque, desde su reposo, invita a los seres humanos a culminar su creación. Él quiso que tú y yo formáramos parte del proceso creativo, ¡que fuésemos co-creadores con Él! Ese es el verdadero shabat de Dios para nosotr@s. Ahora bien, una breve mirada alrededor basta para darnos cuenta de qué hemos estado creando....
800 millones de seres humanos se acostarán esta noche sin comer...
300 millones serán niños...
En 3 meses murieron 290,000 niños en Somalia de hambre...
Cientos de miles de niños en Latinoamérica han perdido la visión por desnutrición...
1,000 millones de personas hoy no se pueden servir un vaso de agua potable...
Hoy en Haití miles de niños comieron galletas... de tierra... cocidas en aceite...
Con la comida que se bota a la basura en P.R. hoy, se balancearía la nutrición de Haití...
En E.U. se consumieron en el 2010 $10 billones en mantecado...
Con esos $10 billones se erradicaría el hambre del planeta Tierra...
En P.R. ocurren más asesinatos que en el narco-estado de México en términos porcentuales de población...
Pero, Dios ha creado desde el caos, desde el vacío; y nos invita, desde su reposo, a crear en este caos y vacío que nos ha tocado vivir... culminar la creación inconclusa... tu y yo, co-creadores con Él... ¿quién se atreve?
¡Entra en su shabat!

Wednesday, August 7, 2013

Los "yo" que no te dejan en paz...

My precious!! La trilogía de "Lord of the Rings" es una de mis películas favoritas. Específicamente este personaje me encantó. Se trata de Gollum; pero también era Sneagol. Ujumm, un caso extremo de personalidad múltiple. Me parecieron excelentes las escenas en las cuales luchaba contra sí mismo, entre el buenazo Sneagol, y el malvado Gollum...
Y pensar que a diario, los profesionales del campo de la sicología o la siquiatría, trabajan con casos similares de personas que manifiestan dos o más personalidades, o alter egos. Ciertamente estos son casos extremos de personas que han sufrido traumas o experiencias que han marcado su vida, y provocan disociaciones como estas. Sin embargo, aunque el porciento de la población que pueda ser diagnosticado con este padecimiento es mínimo, estoy convencido de que, a menor grado, todos y todas sufrimos de disociaciones a menor escala que provocan que tengamos esas luchas internas entre lo que queremos y lo que hacemos. Algunos han llamado esto fragmentación. Es decir, que tú y yo estamos fragmentados, divididos en varios "yo". Un "yo" en la iglesia; otro "yo" en la casa; otro "yo" en el trabajo; otro "yo" con los amigos; el "yo" profesional; el "yo" cristiano; el "yo" "jangueador"; el "yo" santo... ¿Has conocido gente así? o ¿Eres así? Cada día nos fragmentamos en más "yoes" hasta que con el tiempo uno no reconoce al otro. Entonces vemos el caso de un pastor que predicaba en la iglesia, y en su casa violaba a sus hijos; y nos preguntamos: ¿Cómo puede ser eso? Fragmentación, disociación que con el tiempo abre más la brecha entre un "yo" y el otro hasta que provoca multiples personalidades. No quiero decir que todo el mundo termina así; pero la mayoría de nosotr@s en un menor grado, sufrimos esa fragmentación de nuestros "yo".
En Romanos 7 el apóstol Pablo, el cuarto bate, dice que él también experimentó esa fragmentación. Expresa: "no hago lo que quiero hacer, y lo que no quiero hacer eso hago". Tremenda lucha de nuestro hermano Pablo. Termina diciendo: "miserable de mi...". En este capítulo Pablo se refiere al ser humano que vive bajo la Ley, o sea, bajo un estricto régimen de religiosidad. Esta provoca una culpa tan grande en el ser humano que lo lleva a disociar o fragmentarse, en fin a enfermarse. Vivir así no es paz. En el capítulo 8 entonces ofrece la alternativa de la vida en el Espíritu que lo ha librado de esa culpa (8:1).
Hace un tiempo atrás visité una sinagoga judía en P.R. El rabino nos impartía sus enseñanzas, y dijo algo que cambió mi vida. La palabra "shalom" representa lo más importante que un judío anhela en la vida. Significa vivir en paz, pero además significa abundancia, estabilidad, comodidad, seguridad y salud. Decía que la raíz de "shalom" es "shelem" que significa completar. La base para vivir una vida en "shalom" es ser completados, o sea integrados. Es decir, todas esas piezas deben formar una gran pieza. Todos esos "yo" deben estar integrados para que seamos uno como Dios es UNO. El Uno quiere completarnos, integrarnos para que tengamos PAZ; porque si estamos fragmentados jamás experimentaremos el "shalom" de Dios. Integrar todos nuestros "yo" en el yo conforme a su imagen y semejanza, esa es nuestra misión, entonces tendremos la paz de Dios. Como dice el autor de los Hebreos: "Busca la paz y síguela..."
Que hoy seas liberad@ de la culpa que te ha fragmentado porque la vida en el Espíritu es libertad y es integración...
Que puedas integrar todos tus "yo" en uno para que seas conforme a la imagen de Aquel que es Uno; y que a medida que lo hagas seas liberad@ de la ansiedad que esto ha provocado en tí; y recibas el SHALOM de Dios...