Ya estoy cura'o de espanto... Llevo bastantes años dentro del contexto de la iglesia evangélica; y ¡he visto de todo! Cosas buenísimas, celestiales, espirituales; pero también las más extrañas y absurdas que se pueden imaginar. En este caminar he visto "guerrer@s espirituales" que más bien parecían esquizofrénic@s, paranoic@s y gente con delirios extraños. He visto "ninjas" espirituales que tiran bolas de fuego, estrellitas invisibles, flechas angelicales; usan espadas sobrenaturales, y hasta colocan "bombas espirituales" en los montes. He visto gente persiguiendo "espíritus territoriales" y ser "atacados" por sus pandillas de "demonios inferiores". De hecho, yo también fui en algún momento un "ghostbuster" cristiano. De esos que íbamos de casa en casa exorcisando, viendo demonios en todas partes; y siendo oprimidos por los secuaces demoníacos que nos perseguían y ni nos dejaban dormir... si, gente, yo también experiementé toda esa locura. Perdonen por llamarlo así, pero no hay una manera más elegante de llamarlo. No me malinterpreten. Creo que definitivamente existe el mal y un mundo espiritual que responde a esa maldad, y que opera detrás de grandes estructuras de opresión en este mundo. Sin embargo, me parece que hemos tergiversado nuestro papel en esta lucha. Claramente los autores del Nuevo Testamento cristiano enseñan acerca de la existencia de ese mundo espiritual de la maldad personificado en Satanás o diablo (diabolos) y sus demonios o "ángeles caídos". Ahora bien, ¿cuándo vimos a Jesús en estas dinámicas de "guerra espiritual" de las cuales hablamos hoy día? ¿Cuando vimos a Pablo, o alguno de los discípulos, o autores del Nuevo Testamento con este "rocheo" de que si demonios por doquier; de que si guerra aquí y allá; de que si batallas espirituales día y noche? Si has leído la Biblia estarás de acuerdo conmigo, nunca ocurre. Sin embargo tenemos gente con ministerios de "guerra espiritual" y enseñando a la gente a vivir con ese sentimiento de persecución continuo. Enseñando que tienen que renunciar a maldiciones generacionales, invalidando así el poder de la cruz de Jesús para liberarnos de toda maldición, inventando recetas de procedimientos adicionales para entonces poder ser verdaderamente liberados... ¡Cómo puede alguien creer semejante disparate! Me siento en la obligación de escribir acerca de esto para liberar a mucha gente que, como yo estuve, están inmersos en este mundo de guerra espiritual ficticio que les ha robado la libertad, la felicidad, el gozo, la alegría de apreciar la vida, y sobre todo la paz... ¿Todavía creemos que a través de la Biblia recibimos la Palabra de Dios para nuestra vida? Entonces, ¿qué enseñan sus autores en cuanto este tema? Analicemos tres de los versos más utilizados:
Efesios 6:12-13 - No tenemos lucha contra carne ni sangre; sino contra principados, potestades... malicias espirituales en los aires; por tanto tomen la armadura de Dios para que puedan resistir... Resistir... esa es la palabra clave. El autor no niega la lucha espiritual; sin embargo la exhortación no es a "guerrear"; ni a tomar la ofensiva contra el "mundo espiritual"; sino a resistir.
Santiago 4:7. - ... resistan al diablo y de ustedes huirá. De nuevo: resistan. Es todo lo que se exhorta, y es suficiente...
I Pedro 5:8-9 - ... su adversario el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar, al cual resistan firmes en la fe... Nuevamente, resistan.
La exhortación en todos estos pasajes es la misma. Nunca menciona nada acerca de tomar una ofensiva; atacar malicias con armas espirituales (2 Corintios 10:4 habla de armas espirituales, pero si analizan bien el texto notarán que se refiere a las palabras de defensa contra las falsas enseñanzas que se levantaban en la comunidad); ni mucho menos perseguir demonios por ahí. El término griego en los tres versos es el mismo: "antistemi". Su definición literal es pararse firme en contra; como una columna con un buen fundamento; una resistencia desde la paz y la confianza de quien descansa, no en su propio poder, sino en el de Dios; y en lo que ya Jesús hizo. Es decir, Dios no llama a gente que viva en una guerra activa contra fuerzas cósmicas, sino a gente que viva en paz, vidas abundantes porque dependemos de Dios en todo lo que se encuentra más allá de nuestra capacidad humana. ¿Sabes qué es en mi opinión lo peor de estas "guerras espirituales"? Que nos resta tiempo y energía para pelear las batallas que realmente tenemos que pelear... Aquellas contra las estructuras de opresión que han levantado los seres humanos influenciados e inflenciadas por estas fuerzas espirituales de maldad. Como en el relato del famoso "endemoniado gadareno". No es simplemente la historia de un hombre poseído por demonios; sino de uno que representa a l@s deshumanizad@s de este mundo que, como aquel personaje, no tienen otra opción que auto-destruirse y vivir como bestias y objetos sin valor. Su nombre era "legión". Quienes recibieron este relato originalmente entendieron perfectamente. Legión era una agrupación militar romana, de las que ocupaban las provincias colonizadas como Galilea y Judea. Es decir, detrás de la opresión y marginación que había deshumanizado a este hombre hay una estructura mayor: Roma; y detrás de Roma, una estructura mayor, Satanás. Jesús no invierte su tiempo y energía en una guerra espiritual, sino en liberar al ser humano y devolverle su dignidad como un@ cread@ a imagen y semejanza de Dios. Esas son las batallas que debemos escoger, aquellas que tengan como resultado la liberación de la gente que, también esta sociedad, este sistema, ha deshumanizado diciéndoles que no valen por lo que son, sino por lo que tienen...
Guerrer@ espiritual: estás cansad@, agobiad@, jugando un papel que no te toca; en una guerra a la cual no fuíste invitad@. Sé libre, decansa en Aquel que venció todas esas guerras por ti, porque el precio de tu paz fue sobre Él...
Hermano, deberia leer el libro "libres en Cristo" de Paolo botari, ahi se le aclaran muchas cosas que plantea aca
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