Sunday, August 24, 2014

¡No te contamines con la "chusma" del mundo!

L@s impíos, l@s incrédul@s, l@s pecador@s, l@s apartad@s, l@s mundan@s; y cuantos otros epítetos hemos utilizado para referirnos a esas personas que catalogamos como los "del mundo". ¿Cuántas veces nos hicieron sentir más sant@s o espirituales porque decidimos apartarnos de tales personas "del mundo" para no contaminarnos? 
El evangelio de doña Florinda (no te juntes con esa chusma); pero definitivamente, no el de Jesús de Nazaret.
Que nadie intente tergiversar más su enseñanza. A él le llamaban el "amigo de los pecadores". Ese era el título que le otorgó la gente religiosa. Él se llamaba a sí mismo un médico para los enfermos. Y ¿de dónde sale la disparatada idea de que tenemos que apartarnos de la gente no cristiana, contrario a las acciones de Jesús? 
De una mala interpretación.
Tomemos un ejemplo de lo que pretendo ilustrar brevemente. 
I Juan 2:15-16
"No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no el amor del Padre en ustedes.
Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo." (NTV)
La palabra mundo aquí, como en los demás textos, no tiene nada que ver con la gente, ni con la Tierra como planeta, ni con la playa, ni nada de eso. El término que se utiliza es "kosmos". ¿Qué quiere decir esto?
La palabra cosmético en español proviene de "kosmos" y nos ayuda a comprender su sentido. ¿Qué es un cosmético? Es algo que ayuda a resaltar la belleza natural de una mujer, no es la belleza, sino lo que la resalta. Es decir, es superficial. El "kosmos" se refiere a eso superficial que impera en el mundo, o sea, el sistema en que vivimos. Ahí es que está el problema. Y ¿qué pretende este sistema? Entre otras cosas, el autor del texto bíblico que citamos (I Juan) sugiere tres cosas.
1. El intenso deseo por el placer físico. 
En su época, los filósofos epicúreos y algunos estoicos, pretendían reducir la vida a las sensaciones. Si me hace sentir bien, es bueno. Esto no resuelve nada, solo es una actitud de escape temporero que te enajena de la realidad. Es lo mismo que hoy decir: "el cuerpo te la pide"; o pretender que el culto sea un escapismo de gozo momentáneo sin transformación. Porque a veces encontramos el cosmos (el sistema) dentro de las paredes de la iglesia...
2. Un deseo insaciable por todo lo que vemos. ¿No nos sucede? Terminamos comprando cosas que creemos necesitar y nos venden la idea de que nos traerán felicidad. Al final seremos esclavos de las deudas, de lo material. ¿Por qué? Porque el cosmos nos quiere enseñar que VALEMOS POR LO QUE TENEMOS Y NO POR LO QUE SOMOS. Este sistema, que está metido en las arterias de la iglesia (cada vez que alguien llega con un "carrazo" nuevo y alguien dice: ¡Como Dios te ha bendecido! sin pensar que, a veces, ese carrazo significará la debacle espiritual para esa persona), pretende esclavizarte a esa filosofía: si tienes más, vales más...
3. El orgullo por nuestros logros y posiciones. En este cosmos superficial, los títulos y las carreras anteceden a la propia gente, y cuando sucumbes a esto, te has convertido en parte del cosmos. Este es implacable. Cada vez exigirá más de tí como los dioses y diosas de la antiguedad que pedían sacrificios de niños y cortarse los brazos para estar en paz con ellos y ellas. El mundo esclaviza, enajena, le resta valor a tu ser, pero Jesús dijo: "confíen, yo he vencido al mundo"...
Quiero desintoxicarme del mundo para acercarme al mundo como nuestro Señor. Quiero andar con la "chusma" porque aún tienen esperanza y son el escenario de Dios. 
Aléjate del mundo (kosmos) y acércate a la gente...
Vivamos el evangelio de Jesús y no el de doña Florinda...

2 comments:

  1. De veras que hay que trabajar por cambiar ese evangelio de doña florinda. Yo he sido participe de eso y solo hace uno o dos años entendi que ese no era el ejemplo de Jesus. Necesitamos compartir con la gente si queremos alcanzarlos. Pretender que los creyentes anden solo con creyentes es como decirle a alguien que encienda una linterna en un cuarto alumbrado para alumbrarnos mutuamente con nuestras linternas. Necesitamos alumbrar en la oscuridad. Luz en medio de las tinieblas y esperanza para la gente

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