¿Alguna vez te acusaron de soñar con pajaritos preñados? Perro flaco soñando con bistec; estás viviendo en Disneylandia, te fuíste en un viaje, eran otras maneras de decirlo. En fin, a quienes somos idealistas siempre intentan "bajarnos de la nube" porque en este mundo, a la gente que soñamos con una realidad distinta y mejor, nos miran con sospecha. Que conste que con esto me refiero en y fuera de instituciones religiosas.
Un joven llamado Jesús, hijo de un artesano, y de la misma profesión que su padre, esperó hasta los 30 años para poder ser públicamente un rabino, un maestro judío en Palestina durante el primer siglo de esta era. Esta era la edad requisito para poder fungir como "rabí". Antes de esto, creemos que su vida transcurrió con relativa normalidad, ejerciendo su profesión por distintas aldeas de Galilea, viviendo del lado de la pobreza, y haciéndose cargo de su madre, probablemente viuda, tal y como era la costumbre.
Él fue testigo en carne propia de los atropellos que sufrían l@s pobres y marginad@s de aquel lado del mundo, de las injusticias, de la opresión y del prejuicio. De la falta de: amor, perdón, comprensión, aprecio por la dignidad humana, hermandad, equidad, compasión, empatía y paz (cualquier similitud con nuestra sociedad es pura coincidencia).
Él vio literalmente los hombres tirados en el camino de Jericó moribundos mientras los religiosos se hacían de la vista larga. Vio los hijos que despreciaban a sus padres y se largaban con su herencia. Vio los pobres que comían las migajas que caían de la mesa de los ricos y los perros lamían sus llagas. Vio los pastores que daban la vida por sus ovejas; las mujeres que perdían una moneda que representaba su sustento; los hombres que rogaban que se les perdonara sus deudas. Todas estas historias (parábolas) no surgían de la nada o la imaginación, eran el día a día, la realidad dura de Jesús y la gente que le rodeaba.
Ante esta realidad Jesús comienza a tornarse crítico del sistema que imperaba, político y religioso; y deseaba proponer una realidad alternativa: ¡el reino de Dios! Esto se conoce como una utopía. Una propuesta de una realidad alternativa que mucha gente considera inalcanzable, irrealizable. La utopía de Jesús es el reino de Dios...
Entonces, antes de su fama, sus milagros, y su ministerio, era un carpintero que soñaba con "pajaritos preñados"; o al menos así lo creía la gente. Soñaba con un mundo donde los que tenían hambre y sed de justicia fueran saciados; donde l@s que lloraban fueran consolad@s; donde l@s pacificador@s fueran llamad@s hij@s de Dios; donde los humildes fueran los herederos de la tierra; donde l@s pobres fueran los poseedores de un nuevo reino. Un mundo donde se amara a l@s enemig@s; donde se perdonara sin límites; donde no se juzgara a la gente por apariencias; donde se bendijera a quienes nos maldicen; donde la regla de oro sea: "hazle a los demás lo que quieres que te hagan a ti"... ¡la regla de oro! ¡Cuán distinto sería el mundo!
Entonces los vecinos y vecinas de Jesús y sus familiares le dirían al "chamaquito" carpintero: "Jesús, deja de soñar con pajaritos preña'os"...
Que bueno que no dejó de soñar; que no pensó que su "utopía" fuese inalcanzable; que siguiera el camino trazado por el Padre...
Un día, sobre un monte pregonó su sermón, y entonces comenzamos a soñar nosotr@s con "pajaritos preñados" también. Comenzamos a saborear su sueño, a trascender nuestros egoísmos y nuestra dureza para darnos cuenta que se puede, se puede vivir el sueño del reino de Dios aquí. No es una utopía irrealizable. No es un idealismo sin sentido. No somos perros flacos soñando con bistec, no estamos en Disneylandia, ni estamos en un viaje. Estamos en un mundo tan hostil como aquel en que Él vivió, y seguimos siendo invitad@s a vivir el sueño, a construir, a vivir según su regla de oro. Esto es Jesús, esto es cristianismo...
Que hoy sueñes con pajaritos preña'os junto a Jesús...